Un trabajo de Provimi aborda el debate sobre leche o sustitutos y da detalles sobre el uso de la segunda opción
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Durante años, la leche fluida fue la reina indiscutida en la crianza artificial de terneros. Pero hoy, gracias al avance tecnológico y la búsqueda de mayor eficiencia productiva, los sustitutos lácteos ganan terreno y ya no son solo un “plan B”, sino una opción cada vez más elegida por los productores. Así lo revela un informe elaborado por Provimi, que analiza las ventajas y desventajas de ambas estrategias de alimentación.
Bajo el título “¿Leche o sustituto? El debate que crece en la crianza de terneros”, el trabajo compara ambas alternativas y ofrece claves para mejorar la eficiencia productiva sin aumentar los costos, apostando a una estrategia sustentable que combine salud, bienestar y rendimiento.
“El período de crianza artificial es una fase crítica en la producción lechera”, señala el informe. Durante las primeras semanas de vida, los terneros dependen de una fuente de alimento líquido para cubrir sus requerimientos nutricionales y sostener una adecuada tasa de crecimiento. Y es en ese contexto donde surge el dilema de si es mejor leche fluida o sustituto.
Según Provimi, “no hay duda de que la leche fluida es altamente digestible y rica en nutrientes, favoreciendo el crecimiento de los terneros durante su fase pre-rumiante”. Sin embargo, su uso en sistemas comerciales presenta una serie de inconvenientes. El informe advierte sobre puntos como: “Costo elevado: la leche entera que se destina a los terneros podría venderse”; “variabilidad nutricional: la calidad de la leche depende de la alimentación y salud de la vaca, y de la proporción de leche de descarte utilizada en el sistema”; “riesgo sanitario: puede ser vehículo de patógenos si no se pasteuriza, es decir que las enfermedades de la vaca se pueden transmitir al ternero”.

Frente a este panorama, los sustitutos lácteos comenzaron a implementarse con mayor frecuencia hace dos décadas. Al principio, eran vistos como una opción económica, pero con limitaciones en digestibilidad y estabilidad nutricional. Hoy, esa percepción cambió gracias al desarrollo tecnológico.
“Actualmente, muchos establecimientos de crianza artificial han incorporado sustitutos lácteos como base de alimentación”, indica el documento. La mejora en su formulación los convirtió en una herramienta nutricional confiable: contienen proteínas de suero de alta calidad, aminoácidos esenciales y proteínas plasmáticas, lo que permite “alcanzar tasas de crecimiento similares a las que se logran con leche fluida, con mejor control sanitario, mayor estabilidad y mejor retorno de inversión”.
Entre los beneficios que enumera la firma se destacan: “Optimizar la digestibilidad proteica (gracias al mayor uso de proteínas de suero de alta calidad y reducción de proteínas vegetales en productos destinados a terneros jóvenes)”; “Mejorar el equilibrio nutricional (gracias a la incorporación de aminoácidos esenciales y proteínas plasmáticas)”; “Mejor control sanitario (gracias a los estrictos controles microbiológicos que minimizan el riesgo de transmisión de enfermedades)”.
Otra de las ventajas del uso de sustitutos es su practicidad en el manejo diario. El informe resalta que “la administración del alimento no está sujeta al horario de finalización de ordeñe en el tambo, factor importante en términos de manejo”. Esa independencia operativa es clave en sistemas intensivos.
Aunque la inversión inicial es más alta subraya que “los costos son más previsibles y optimizables, sobre todo en sistemas de crianza intensivas”. Además, “con la formulación adecuada (que contenga niveles óptimos de proteína y grasa) el crecimiento de los terneros es más estable y predecible, alcanzando tasas de conversión similares a las de la leche entera”.
“Lo importante es saber que ahora, gracias al desarrollo tecnológico, los sustitutos lácteos han evolucionado de tal forma que se han convertido en una alternativa nutricionalmente equilibrada y eficiente en la alimentación de terneros”, indica.
Concluye: “Para optimizar la crianza artificial es fundamental seleccionar sustitutos de calidad comprobada y utilizarlos dentro de un plan de alimentación bien estructurado, ajustado a las necesidades del sistema de producción”.
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