El campo de la provincia de Buenos Aires rechazó el aumento en el Impuesto Inmobiliario Rural aprobado en la Legislatura bonaerense. Alertó, además, que la mayor presión impositiva se suma al clima de descontento en el sector, que ya viene con el malestar por el incremento de las retenciones, y podría acelerar los tiempos para un cese de comercialización.
El gobernador Axel Kicillof logró imponer para ese tributo un incremento en línea con la inflación de 2019, en torno del 55%, pero con una escala de segmentación que va del 15 al 75%.
"Por parte del oficialismo hubiéramos esperado un gesto más favorable hacia la producción, pero también vemos pobre lo actuado por la oposición. No consiguieron cambiar ningún punto para hacer más liviana la carga sobre los hombros del campo", dijo a LA NACION Matías de Velazco, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap).
"Todas estas malas noticias tanto nacional -por la suba de las retenciones- como en varias provincias y municipios hacen que el campo se de cuenta que la política en general no considera a la producción y solo tiene una visión claramente retrógrada acerca de los productores a quienes ve como una fuente inagotable de recursos", agregó. Velazco expresó que lo aprobado en la provincia "se suma al descontento general" y advirtió: "Creo que se va a terminar en un cese de comercialización". En la provincia, Carbap hará una asamblea el 18 en Pergamino.
Desde la Federación Agraria Argentina (FAA), Carlos Achetoni, presidente, señaló que la escala que se impuso en el Impuesto Inmobiliario Rural tendría que haber sido "más intermedia", con "una progresividad distinta".
"Al final, el productor de 50 hectáreas va a terminar pagando un incremento del 55%, igual que el de 200 o 1900 hectáreas. Tendría que haber una progresividad distinta", precisó Achetoni en relación a los productores agrícolas.
En tanto, Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), opinó: "Todo esto hace del campo bonaerense el sector más impactado por esta nueva ley fiscal. Esto nos produce disgusto, ya que una vez más se coloca sobre las espaldas del productor el grueso de la carga impositiva, que se suma a los tributos nacionales y municipales, que ya han tenido también sus aumentos. Nada, en cambio, se habla de reducir el gasto público que los explica".
Pelegrina también le apuntó a diputados de Juntos por el Cambio que avalaron la suba: "Nos decepciona la actitud de los legisladores de Juntos por el Cambio que, por morigerar el peso sobre otros contribuyentes, han utilizado a los productores agropecuarios como moneda de cambio", afirmó.