Según un trabajo del productor Néstor Roulet, entre otras naciones, en Brasil se paga un 23% más por el cereal pero el producto final al consumidor cuesta un 38% menos; la situación en otros países
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CÓRDOBA.- Una comparación del precio al que se vende el kilo de pan en la Argentina, Brasil, Uruguay y Chile y el impacto que tiene el trigo muestra que, a nivel local, es 6,75 veces más que un kilo de trigo, cifra que se reduce a 3,67 en el caso brasileño; a 4,21 en Uruguay y a 4,36 en Chile.
El trabajo, elaborado por Néstor Roulet, productor y exsecretario de Agregado de Valor de Juntos por el Cambio, apunta a rebatir el argumento oficial de que hay que “desacoplar” los precios internacionales de los locales con retenciones.
El documento también compara el precio al que se paga el trigo en los países vecinos respecto de la Argentina y a cuánto se vende el pan en cada caso: los brasileños tienen un trigo con un precio un 23% mayor y comercializan el pan a un 38% menos; para Uruguay los números son 26% más y 22% menos, respectivamente y, para Chile, 30% más y 15% menos.
“El problema del precio del pan en la Argentina no es por la materia prima, sino por el agregado de valor en los eslabones posteriores de la cadena”, dijo Roulet. Mencionó, por ejemplo, que Chile -consume 86 kilos/habitante/año versus 72 a nivel local- tiene que importar la mitad del trigo cuando en la Argentina “solo el 20 % del trigo que se produce, se utiliza para elaborar pan”.
Roulet se preguntó qué pasaría si a nivel doméstico existieran los mismos costos de agregado de valor, presión impositiva y eficiencia productiva que en los países vecinos. Si esa hipótesis se diera en relación a Brasil, según sus cálculos, el pan en la Argentina tendría un precio de $162 el kilo en vez de los $300 actuales. Si fuera el esquema uruguayo, serían $186 y, con el chileno, $196.
“Es mentira que las retenciones desacoplan los precios del mercado interno”, remarcó y señaló que, suponiendo que al trigo se le eliminaran las retenciones y no se intervinieran los mercados, el precio FAS sería de US$455 la tonelada (solo descontando gastos del puerto) y aun así el precio del pan sería más alto que en los países vecinos.
Para Roulet, la oposición tiene que “aceptar discutir” las retenciones en el Congreso pero “con la condición” de que el objetivo “no sea solo aumentarlas” sino plantear que con su eliminación el país “aumentaría la producción de trigo, tendría mayores ingresos de divisas y la seguridad que por este excedente productivo no se vería afectada la recaudación impositiva”.
La referencia al Congreso es porque el presidente Alberto Fernández hace una semana planteó: “Necesitamos desacoplar los precios internos de los externos. El instrumento con el que se hace eso más fácilmente son las retenciones. Ahora, las retenciones son un tema legislativo y necesito que el Congreso entienda el problema y llegado el caso acompañe una decisión de esa naturaleza”.
A criterio de Roulet, si hubiera un aumento de la carga tributaria se dejarían de sembrar un millón de hectáreas por los mayores costos de producción y por la sequía que impulsa a los productores a no arriesgar “con tanta incertidumbre”. Si se diera ese caso, la producción se recortaría a 4 millones de toneladas, equivalente a todo exportable, “lo que dejaría una pérdida de ingresos de US$2000 millones para el país”.
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