
Profértil invirtió US$ 705 millones
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A pesar del exceso de lluvias se mantienen los augurios de cosecha récord, se esperan 71,5 millones de toneladas. Asociado con esas perspectivas, los fertilizantes nitrogenados propician un aumento de los rendimientos de los granos.
El año pasado, la Argentina importó las 750 mil toneladas que consumió de urea granulada, el principal de esos fertilizantes. Pero con una inversión de 705 millones de dólares, Profértil inauguró en septiembre de 2000 una fábrica de amoníaco y urea granulada, abasteciendo por completo el mercado interno. Sin dudas, la apuesta que hicieron los dos accionistas de la empresa -la canadiense Agrium Inc, uno de los principales productores de fertilizantes del mundo, y de la petrolera Repsol YPF- es "un voto de confianza en el retorno y en la competitividad de un negocio clave para el país", señaló el gerente de la empresa, Arnoldo Girotti.
La planta de Profértil está emplazada en Ing. White, Bahía Blanca. Desde allí se lanzan al mercado 1.100.000 toneladas de urea por año. Con una capacidad de producción un 30% mayor a la de las más grandes del mundo, la fábrica argentina tiene el récord en tamaño y producción del fertilizante nitrogenado. La urea es el fertilizante sólido con mayor concentración de nitrógeno (N) -46% de presencia por esfera- y es el principal de los trece nutrientes que requieren los cultivos. El N se encuentra en el suelo en muy baja proporción, pero la atmósfera es fuente inagotable del mismo.
Proceso industrial
"El proceso industrial nace con tres materias primas: aire, agua y gas natural. Mediante una serie de combinaciones y reacciones químicas se extrae el nitrógeno del aire y el nitrógeno del agua, que unidos forman el amoníaco líquido. El gas natural se quema para obtener dióxido de carbono que, junto con el amoníaco, dan lugar a la urea en solución", explicó el superintendente de Producción de la planta, Claudio Pajean.
La urea se solidifica en dos granuladores y se almacena en silos, dos enormes depósitos de 300 metros de largo, que albergan 150 mil toneladas, el equivalente a 45 días de producción. El producto se distribuye por cintas al muelle, a la terminal de carga de camiones y a la playa de maniobras de los vagones de Ferrosur y del Expreso Pampeano, todo dentro del predio.
"Con 45 pies de profundidad, el muelle es capaz de recibir buques de gran calado de hasta 60 mil toneladas", explica Pajean. Una serie de brazos hidráulicos llenan los barcos a un ritmo de 1250 toneladas por hora de urea y 500 de amoníaco líquido.
A pesar de su probada importancia, el uso de la urea granulada no está del todo extendido en el país, en parte debido a su alto costo. "El precio de la urea granulada está atado al precio de uno de los insumos principales para fabricarla, el gas. Aquí está disponible en cantidades y es barato, sin embargo la Argentina paga el triple de lo que pagan países como Venezuela", sostuvo Girotti.
La demanda del fertilizante creció un 23% anual entre 1991 y 1999 en nuestro país. En Profértil estiman en adelante un crecimiento sostenido del 7% por año, argumentando la tendencia a perseguir un mayor rendimiento en los cultivos. La dependencia del fertilizante importado es hoy un recuerdo, y el fenómeno se invirtió porque, satisfecho el mercado interno con la producción local, medio millón de toneladas se exportan a destinos que incluyen el Mercosur, Europa, los Estados Unidos y Australia, entre otros, dejando divisas por US$ 200 millones anuales.



