"Son los emprendedores los que dan ejemplos importantes del cambio de paradigma del maíz tardío; que ha sido la llave del cambio y ha abierto un universo importante en cada zona".
Con esas palabras Alberto Morelli dio inicio a la 5ª edición del Congreso de Maíz Tardío de Brevant Semillas, que en esta oportunidad reunió a productores que contaron las experiencias en sus establecimientos.
Uno de ellos fue el testimonio de Andrés Aguilar, que desde el norte de la provincia de Córdoba explicó las ventajas, desafíos y oportunidades del sistema de economía circular que desarrollan en el establecimiento: la integración entre la producción de maíz, cerdo, biogás. Su empresa necesita 40 mil toneladas al año de maíz, en todas sus versiones. "Nos consumimos todo el maíz que producimos, y a veces salimos a comprar. Nuestro norte es darle valor agregado en origen a la producción", indicó.
Desde Coronel Dorrego (Buenos Aires) Gustavo Thissen contó que el maíz pasó a ser el principal cultivo de gruesa. "En algunos casos llega hasta el 50%", dijo. Thissen comenzó a trabajar variando los planteos, la fertilización y sobre todo la densidad, llevándola a la más baja posible. Además, explicó cómo darle valor al maíz haciendo terminación en ganadería y en cerdos.
Por su parte, Teddy Cotella habló de su trabajo con agricultura por ambientes desde Rapanelli, Santiago del Estero. Sostiene que esto permite ver oportunidades y limitaciones; trabajan con imágenes satelitales semanales para monitorear las problemáticas o anomalías. "Buscamos precisión, que la recorrida sea efectiva y rápida para tomar las decisiones, basadas en datos e información", dijo.
El desafío que se plantean es la producción sustentable. "Monitoreamos el impacto de nuestras prácticas y aplicaciones en el ambiente con abejas, siguiendo su desempeño.También vemos la salud de las cortinas forestales. Tratamos de contribuir al ambiente, que es de todos", dijo.
Por otro lado, Cachi Melo, de Las Charatas, además de describir cómo enfrentan la falta de agua y los desafíos de producir carne, aseguró que "la sostenibilidad fue el objetivo desde el principio, tanto en la ganadería como en lo agrícola. La rotación es importante para mantener el contenido de la materia orgánica del suelo".
Destacó "la responsabilidad que tenemos todos los que usamos las tecnologías. Tenemos que pensar la responsabilidad que nos cabe al utilizar estas modificaciones genéticas, y cómo tenemos que sostenerlas en el tiempo".
"Es importante trabajar fuertemente para que la superficie, ese 10 % de refugio que necesitamos en nuestros cultivos de maíz genéticamente modificados, se cumpla. Nosotros como productores tenemos que ser responsable de sostener estas ventajas que tenemos", asumió Morelli.
Para finalizar, indicó que "las ventajas de la siembra tardía eran impensables hace 20 años y tampoco este cambio en el rendimiento, y lo que significa el incremento de las transformaciones en origen. Hoy el 70 % del cultivo se va en exportación como grano, así que tenemos un margen muy importante para trabajar".
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