Manuel De Anchorena alertó sobre un episodio que habría sucedido ayer en su establecimiento de Chascomús, Buenos Aires; el fiscal dice que lo relatado no coinciden con la denuncia
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Manuel De Anchorena, un productor agropecuario del partido bonaerense de Chascomús, en la Cuenca del Salado, habría sufrido un “nuevo episodio de violencia en su campo”, después de que un grupo de cazadores y corredores clandestinos de galgos armados presuntamente irrumpiera a metros de su casa, donde se encontraba su madre de 70 años, según su propio relato. El hecho “se sumó a una larga lista de denuncias archivadas por la fiscalía”, según indicó. Desde hace años, los productores de la región dicen que denuncian un “alto nivel de inseguridad rural, que se acrecienta con la falta de acción”. De Anchorena alertó sobre un episodio que sucedió en su establecimiento tras la supuesta llegada de una combi repleta de corredores clandestinos de galgos, de la zona de Guernica. En cambio, según aclaró el fiscal Jonatan Robert a LA NACION, el testimonio del productor en este artículo “no se condice” con las denuncias hechas por el acompañante de los cazadores y los hechos reportados en el lugar.
En el lugar, según dijo el productor, un grupo armado de 10 personas se habría apostado en su campo donde estaba sola su madre. “Nos van a tomar en serio cuando haya un muerto”, advirtió el productor, quien añade que ahora también tiene miedo por las amenazas propinadas por los cazadores. La Justicia dice lo contrario.
Estas organizaciones arman grupos a través de las redes sociales, donde convocan a corredores y cazadores clandestinos para hacer apuestas ilegales, según dijo a este medio. Se manejan con guías de la zona para avanzar. Hay un proyecto de ordenanza municipal, del bloque de Cambiemos, que se tratará en el Concejo Deliberante para impedir la caza ilegal de animales.

“Es una zona en la que hay fauna autóctona, que protegemos y respetamos, porque producimos respetando la biodiversidad y la fauna de la zona. Somos respetuosos del ambiente y tratamos de hacer las cosas lo mejor posible, y todo lo que está a nuestro alcance. Venimos planteando desde hace años, ya que es muy difícil, que estás personas vienen entrando a nuestros campos”, dijo.
En el campo, donde tienen 300 vacas en parición, dijo De Anchorena, hacen pastoreo regenerativo para cuidar el suelo. Además, tienen un servicio estacionado [de reproducción] que se ve afectado cuando ingresan de manera ilegal estos grupos. “Trabajamos de una manera profesional y cuando entran estas personas nos ocasionan daños y perjuicios en la producción. Nos hacen separar nuestras vacas de sus terneros y perdemos [en producción], porque los terneros se terminan muriendo”, afirmó.

Según contó, “hace unos años” denunció que había gente de Santa Fe con perros galgos en la puerta de la casa, pero la denuncia habría quedado en la nada. Según dijo, la causa “quedó archivada”.
“[El fiscal] dijo que nuestra casa era del picaporte hacia adentro, no del picaporte hacia afuera. Entonces es ahí el malestar nuestro, porque decimos: che, si uno le pone un freno a esta gente, esto se empieza a calmar. Ahora, si uno no le pone un freno y los avala, como hacen los fiscales de Chascomús y el fiscal general de Dolores, que ya estuvimos reunidos con él hará como dos o tres años, pasa esto. Esta gente va tomando un coraje”.
A través del Foro de Seguridad Rural Argentino presentaron un proyecto de ordenanza municipal para poder detener estos casos de violación a la propiedad privada. “No solo es que nos quejamos y nos ponemos en lugar de víctima, nosotros tomamos acción. Creamos un foro de seguridad, ponemos la cara, yo pongo mi nombre y mi apellido, mi cara, me conoce todo el mundo. Vivo amenazado yo, vive amenazada mi familia. Por eso creo que lo de hoy [por ayer] no fue un hecho aislado, sino que fue una provocación o un intento de robo. En marzo, a mi vecino de enfrente, cruzando el alambrado, a 10 metros, le entraron a robar la casa ocho tipos, un grupo comando con camioneta, cortaron cadenas, cortaron el alambrado perimetral y se metieron adentro de la casa", denunció.
El domingo pasado al mediodía, contó que recibió un llamado de su mamá de 70 años para informarle que había unas personas en el parque de la casa. “Estaban a cinco metros, cruzaron un alambrado y cortaron con un cuchillo un plástico que teníamos al entrar. Llamé al 911. El promedio que tenemos en que llegue la policía a la zona es de una hora. No antes que eso, es muy raro que lleguen antes que eso. Entonces le digo a la policía: por favor, tengo cuatro tipos encapuchados con armas blancas a metros del parque de mi casa. Está mi madre sola, por favor, traten de llegar ustedes antes que yo porque no sé qué va a pasar cuando llegue", relató.
De Anchorena, pese a que estaba a 30 km del campo, llegó antes que la policía. “Estaba un personaje en la entrada de mi casa que no me dejaba pasar. Le dije: vos, ¿qué hacés acá trayendo gente? Me dice: no, yo soy remisero, no tengo nada que ver. Le dije: ¿vos me estás tomando el pelo? Llamá a esta gente y sacala. Se armó una discusión. Me voy hacia adentro del campo a ver a mi madre, que estaba llorando, asustada; en un estado de mucho temor", narró el productor.

El móvil de la policía supuestamente llegó más tarde con dos mujeres oficiales que no pudieron interceder en el enfrentamiento, según mencionó el productor. “Fue una pelea que pudo haber terminado en un asesinato. Y esta es una situación que vivimos a diario, porque todos los días tengo que mirar atrás cada vez que me voy a bajar de una tranquera. Ando con perros de seguridad, porque estoy amenazado. Lo que estamos viviendo es muy terrible y en el campo estamos solos. Lo venimos denunciando desde 2010 y no sabemos cómo va a terminar esto", lamentó.
Años atrás, uno de los fiscales presuntamente les advirtió que la redacción de las denuncias por este tipo de hechos estaban mal hechas. Por lo tanto, anteriormente no se avanzó con las investigaciones y quedaban archivadas, contó el productor. “Nos instruimos para comenzar a hacer bien las denuncias, porque empezás a pensar que hacés mal las denuncias. Nosotros somos universitarios y tuvimos que empezar a instruirnos, sin embargo, pasan los años y los problemas continúan”, sintetizó.
En tanto, una fuente vinculada con la investigación del caso dio otra versión. Dijo que “un remisero llevó a tres personas a un campo en el que pensaban cazar con perros galgos”. Y agregó: “Al romperse el auto, quedaron varados y comenzaron a caminar. En ese contexto, De Anchorena, a bordo de una camioneta azul, le disparó tres veces al remisero, le rompió el celular y luego volvió a salir de su casa para golpearlo en presencia de la policía, que logró separarlos. Más tarde, cuando llegó un segundo móvil de apoyo, De Anchorena salió nuevamente con un bidón de nafta, siendo contenido otra vez por el personal policial“.
La fuente subrayó que lo relatado por testigos cazadores, el remisero y los efectivos intervinientes figuran en las actuaciones y aclaró que "los hechos encuadran en contravenciones por ingreso indebido a un campo, conforme a la legislación bonaerense". También habría denuncias, por su parte, de los presuntos cazadores.
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