Con base en Tucumán, exporta el 95% de lo que produce; envía a importantes mercados internacionales más de 100.000 toneladas de limones frescos todos los años
San Miguel, con base principalmente en Tucumán, es un ejemplo más que significativo de una empresa agroindustrial que no produce ni granos ni carnes y que logró, sobre la base de una muy acertada logística, tener una fuerte presencia en los mercados internacionales.
"El 95% de lo que produce lo exporta", dijo su presidente, Luis Roque Otero Monsegur, al disertar ante empresarios del sector en un encuentro organizado por Rabobank y la Universidad de San Andrés. "Si ustedes me piden que la defina, San Miguel es una empresa agrícola, no hay ninguna duda; en segundo lugar es una empresa industrial, procesamos limones ; en tercer lugar es una gran empresa de logística y pongo especial énfasis en esto y, finalmente, es una empresa comercial. Todo esto requiere de una red comercial muy importante", agregó Otero Monsegur.
San Miguel moviliza por año desde las fincas a sus fábricas más de 400.000 toneladas de limones. Y transporta a mercados internacionales más 100.000 toneladas de limón fresco todos los años. También otros productos industriales.
La empresa cuenta con 1.300.000 árboles de limón plantados en la zona El Faldeo-La Aconquija, Tucumán y en época de cosecha (que se lleva a cabo en estos momentos) es la segunda empleadora de la provincia, después del propio estado provincial.
En sus dos fábricas en la provincia produce jugos de limón de distintas densidades, aceites esenciales de limón, cáscara deshidratada y algunos otros subproductos industriales a pedido de sus clientes, principalmente de la Unión Europea.
Para Otero Monsegur, el limón es en el mundo un condimento. Más que una fruta es un condimento y "nosotros decimos que es una especialidad, no es un commoditie".
Básicamente, el precio obtenido tiene mucho que ver con la calidad de la producción, pero sobre todo con el servicio. "Nosostros tenemos que asegurarles a nuestros clientes en todo el mundo que llegamos con un limón de alta calidad y en tiempo propio para que esté en las góndolas en el momento que lo requieran. Piensen que éste es un limón de contraestación respecto del hemisferio norte", destacó Otero Monsegur.
Tres de cada 10 limones frescos en todo el mundo son provistos por San Miguel; participa del 33% de la industrialización del limón en la Argentina y, además, produce gran cantidad de productos especiales a pedido de sus clientes.
La Argentina representa el 27% del mercado mundial del limón. El 30% de la producción de San Miguel es vendido como fruta fresca (alrededor de 100.000 toneladas de limón fresco) y el 70% restante (unas 300.000 toneladas ) se procesa industrialmente. El promedio de las ventas de la empresa en los últimos tres años fue de 80 millones de dólares.
El reconocimiento de San Miguel y el precio de sus productos están en relación directa con la calidad de su produccción y su capacidad logística, es decir, cosechar el limón, llevarlo a planta, de planta a los puertos sobre el Atlántico y de allí al Mediterráneo o distintas partes del mundo en un tiempo que implica no deteriorar la calidad de ese limón que, obviamente, es una fruta y por lo tanto perecedera.
Para la empresa la capacidad logística es muy importante al igual que el aspecto comercial. Con malos resultados hace algunos años comenzó a trabajar con grandes distribuidores en el exterior. Debido a ello hoy tiene una red comercial propia en todo el mundo y una relación directa con cada uno de sus clientes "estén donde estén".
Los mercados
Europa es el pricipal comprador, Estados Unidos cerró el mercado hace dos años y se ve difícil que se abra en el corto tiempo. Canadá es un buen demandante y también se presenta como muy importante la zona de los Balcanes. Además de Grecia y Rusia, se destacan Polonia, Rumania, Yugoslavia y Croacia, que se incorporan a la Unión Europea y están teniendo un desarrollo muy importante. San Miguel sigue abriendo nuevos mercados, sobre todo asiáticos. Este año va a ingresar al mercado japonés con un volumen muy importante, de alrededor de las 4000 toneladas. Obviamente, un destino muy interesante a cuanto a precios se refiere.
Hace dos años hizo una nueva adquisición, una empresa en Uruguay dedicada a los cítricos dulces. Esta compañía produce mandarinas, pomelos y naranjas y, entonces, hoy se les ofrece a los clientes limones, los subproductos industriales del limón y cítricos dulces provenientes de Uruguay con lo que llega a cadenas de supermercados.
Con números anteriores y posteriores a la crisis, el margen bruto de la compañía se ha mantenido entre los 20 y 24 millones de dólares anuales, lo que demuestra que se puede tener una empresa productora de limones frescos y de subproductos industriales que deje márgenes económicos sumamente interesantes.
La hora de los agronegocios
El Rabobank y la Universidad de San Andrés lanzaron un programa de capacitación
Al finalizar su disertación, el presidente de San Miguel, Luis Roque Otero Monsegur, señaló: "Creía que había una cantidad de cosas que podemos hacer en conjunto y que el desarrollo de nuestra gente forma parte de nuestras prioridades, por eso estamos aquí".
Otero Monsegur, junto con importantes empresarios y ejecutivos del sector, concurrió al lanzamiento del Programa de Capacitación Ejecutiva en Agronegocios, que pusieron en marcha la Universidad de San Andrés y el Rabobank. Coordinado por los ingenieros Marcelo Regúnaga y Hugo Cetrángolo, el nuevo programa está destinado a ejecutivos y profesionales dedicados al desarrollo y gestión de agronegocios y de la industria agroalimentaria. El Rabobank es el patrocinador del programa que se desarrollará desde el Centro de Educación Empresarial de la Universidad de San Andrés.
En la Argentina, Rabobank se dedica exclusivamente al financiamiento en agronegocios y está analizando la posibilidad de financiar también a grandes productores primarios como lo viene haciendo en otros mercados agroalimentarios, como Australia, Nueva Zelanda, Irlanda y Chile.
Según se comentó, este proyecto formaba parte del plan estratégico del banco antes de la devaluación y volvió a la carpeta de análisis ahora que el Gobierno formalizó su decisión de salir del default. Marcelo Regúnaga sostuvo que el programa busca desarrollar una comunidad entre el sector académico, en este caso la Universidad de San Andrés, y la comunidad empresarial vinculada con los agronegocios.
"Nosostros entendemos que para que la Argentina pueda afrontar la competitividad que le exigen los mercados internacionales necesitamos que se desarrolle esta estrecha vinculación entre los que serían quienes tienen a su cargo la producción, el procesamiento y la exportación y los que están pensando en el futuro desde el punto de vista académico", agregó. Para Regúnaga, el programa apunta a mostrar cuál es el contexto internacional y que no se puede estar mirando en forma aislada la competitividad del sector.
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