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VILLAGUAY.- Esta ciudad, ubicada a 170 km de Paraná se distingue por tener una Sociedad Rural destacada y por alojar a una de las mejores arroceras de la provincia.
En el centro del museo de la ciudad, una de las primeras casas coloniales, se puede apreciar el histórico monumento hecho a América del Sur del artista genovés Juan Bautista Castagnino. Pero, son las paredes añejas en este rincón las verdaderas testigos de la tradición del lugar, que todavía perduran. Precisamente, esta, la legendaria casa de Montero, fue un sitio de posta de las diligencias en la época previa al ferrocarril, y ligado a ella está ligado el origen del pueblo, según explicó la directora de cultura municipal, María Laura Godoy.
El primer antecedente de este poblado se remonta a principios del siglo XIX, cuando en este sitio inhóspito había un pequeño grupo poblacional en terrenos de Nápoli y Ziaurri, con la ya mencionada posta a mitad de camino entre los ríos Paraná y el Uruguay, bajo el gobierno de Lucio Mansilla.
Algunos historiadores toman como fecha de fundación la creación de la capilla, el 20 de noviembre de 1823, cuando Mansilla autorizó la compra del terreno. "Antes de eso, sólo había tierras de estancieros, que luego decidieron donarlas. El poblado surgió en torno de la capilla, ante un pedido de Crispín Velásquez, para que todas las ranchadas que la rodeaban no desaparecieran", aseguró la historiadora local, Manuela Chiesa de Mammana.
A partir de 1857, se asentaron en Villaguay cinco colonias judías (Villa Clara, Villaguay, Carmel, Villa Domínguez y San Gregorio). "Con ellos se originó un movimiento cooperativista importante y que contribuyó al desarrollo económico del país", agregó Laura Godoy. En 1880 comenzó el asentamiento de inmigrantes belgas, con grandes conocimientos técnicos de trabajar la tierra. Ya desde 1823 el pueblo se conocía como Santa Rosa de Villaguay, por la imagen que regía la capilla, y en 1894 tomó definitivamente el nombre de Villaguay, nombre que significa "lugar de tigres".
Producción destacada
La cultura laboral del pueblo, heredada de los inmigrantes, todavía perdura en varias empresas.
"Empezamos en 1950 y trabajamos con remates en María Grande, Hasenkamp, Villaguay, adonde hacemos remates de 3000 cabezas", dijeron en la firma Van Haezevelde y Crosta. También, la zona tiene 19000 hectáreas de campos con arroz (28% del total de la superficie arrocera de Entre Ríos). "La tecnología mejoro a la producción y llegamos a las 100.000 toneladas, cuando antes eran 25.000. En un año exportamos 70.000", dijeron en una de las firmas de la zona, Semillas y Cereales SRL. Villaguay exporta este clásico producto entrerriano a Puerto Rico, Haití, Irak, Africa y Brasil.
Además, "gracias a la evolución del manejo de las pasturas, aumentó considerablemente la oferta ganadera", dijo Haezevelde.





