China barrió a la competencia y se quedó con la fabricación de billetes argentinos
Casi no hubo rivales en una compulsa que abrió ayer el Banco Central; coincide con el fin de Casa de Moneda
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Es un ejemplo icónico de la etapa más pragmática del actual Gobierno. La imprenta estatal china dedicada a la fabricación de billetes, denominada la China Banknote Printing and Minting Corporation, terminó por barrer a la competencia norteamericana y europea y se encamina a quedarse con el contrato para producir una enorme cantidad de billetes de $20.000, con entrega prevista para la segunda mitad del año próximo.
El negocio tiene aristas poéticas. Un país conducido bajo la bandera comunista terminó ofreciendo precios significativamente más bajos que sus competidores privados de Occidente y será responsable de fabricar en masa el billete que la administración de La Libertad Avanza decidió lanzar como homenaje a Juan Bautista Alberdi, padre del liberalismo en la Argentina.
El desenlace ocurrió ayer por la mañana. En una reunión virtual, el área de contrataciones del Banco Central, encabezado por Santiago Bausili, dio a conocer los resultados de las ofertas para la provisión de 460 millones de billetes de $20.000. Aunque la adjudicación aún no se concretó, la China Banknote Printing and Minting Corporation tiene prácticamente asegurado el negocio.
La contundencia de la oferta de la empresa asiática no fue sorpresiva, dado que ya había ganado licitaciones anteriores con precios imbatibles. Según los renglones de la compulsa, los chinos pasaron entre US$48 y US$49. Lo llamativo, esta vez, fue la soledad con la que participó.
Según fuentes cercanas al proceso, la única competencia que enfrentó fue, en uno de los renglones, la Casa de Moneda de Brasil. Otras compañías que solían participar, como la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España -inmortalizada en la serie de Netflix La casa de papel-, la estadounidense Crane, la francesa Oberthur y la alemana G+D, decidieron no presentarse.
Cada empresa ofreció diferentes justificaciones para su ausencia, aunque fuentes conocedoras del sector señalan que la feroz oferta de los precios chinos podría haber desalentado su participación. En la mayoría de los casos, sin dejarlo por escrito, salvo una: G+D sostuvo que tenía una buena oferta, pero que no participaría por las deudas que tiene con ella Casa de Moneda.
El resultado de la última licitación es la continuidad de algo que ya venía ocurriendo. Hace algunas semanas, el Banco Central había dispuesto la preadjudicación a la China Banknote Printing and Minting Corporation de 540.000 millares de billetes terminados de $20.000, siempre con la figura de Juan Bautista Alberdi, para el período marzo-julio de 2025. Por esa producción, la Argentina pagará un total de US$26,22 millones.
La propuesta de la firma china fue arrolladora: ofertó US$48 y US$49 por millar de billetes en cada renglón. Para ponerlo en perspectiva, su competidor más cercano, la Casa de Moneda de Brasil, cotizó a US$56,63, mientras que la estadounidense Crane presentó un precio de US$84,23, quedando última en la lista. Especialistas consultados consideran que los valores de la imprenta china podrían calificarse de predatorios.
El gobierno de Javier Milei ha tenido visibles señales de acercamiento con China. El ejemplo más notorio es lo que ocurrió en la última reunión del G-20, en Río de Janeiro, donde hubo una reunión bilateral entre el presidente argentino y su par asiático, Xi Jinping. Pese a la mejora en la sintonía, después de un comienzo ruinoso en el marco de la campaña electoral local, hay motivos para pensar que la decisión oficial de consolidar de hecho un monopolio de provisión de billetes tiene más que ver con los números que con la política.
En la práctica, las ofertas de la imprenta china son imbatibles. Y, por otro lado, el Gobierno se ha mostrado restrictivo en otros casos al momento de abrirle la puerta de la Argentina a empresas de ese país. Es el caso, al menos hasta ahora, de la futura licitación de la Hidrovía, uno de los negocios más importantes que se discuten en el país. Según los pliegos, las empresas de China quedarían fuera de la competencia porque no se admite presencia estatal.
El ingreso de la China Banknote Printing and Minting Corporation al mercado argentino no es nuevo. Se produjo durante el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, en un contexto de alta inflación y la negativa oficial a emitir billetes de mayor denominación. Ante la incapacidad de la Casa de Moneda local para cubrir la demanda, comenzaron a llegar grandes cantidades de billetes importados desde China, Brasil y España.
De acuerdo con el especialista en billetes Augusto Ardiles, que trabajó en el Banco Central y hoy es funcionario de Milei, la negativa del kirchnerismo a imprimir billetes de mayor denominación derivó en gastos extra de US$1000 millones. “En mayo [pasado], el Gobierno sacó el billete de $10.000, ahorrando más de US$304 millones. Hoy pone en circulación el de $20.000, lo que ahorrará más de US$120 millones. Son US$424 millones menos de gasto público, solo por tomar la decisión más racional”, recordó días atrás.
Las gestiones con proveedores extranjeros estuvieron cargadas de dificultades. Durante la administración de Sergio Massa en el Ministerio de Economía, marcada por un endurecimiento del cepo cambiario debido a la escasez de dólares, el país dejó de pagar por el material importado, algo que generó tensiones.
A comienzos de este año, la Argentina acumulaba deudas por US$11,18 millones con la Casa de Moneda de Brasil, más de 12 millones de euros con la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España y casi US$7 millones con la China Banknote Printing and Minting Corporation.
La situación derivó en decisiones drásticas. El Banco Central dejó de adquirir billetes a la histórica Casa de Moneda argentina, fundada durante la presidencia de Nicolás Avellaneda. Actualmente intervenida y en proceso de reducción de operaciones, la entidad ha dejado de fabricar lo que siempre hizo, un reflejo del complejo presente de las empresas públicas locales.