Dólar: cómo es el modelo peruano al que apuesta el Gobierno para salir del cepo
Fue un esquema implementado por Alberto Fujimori que le dio autonomía al Banco Central y limitó el poder de emisión de la entidad y la convivencia de tipos de cambio para corregir la hiperinflación heredada del mandato anterior
Tras la propuesta de Javier Milei de dolarizar la economía argentina para corregir los niveles de inflación y salir del cepo cambiario, y luego de que Gita Gopinath, subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), dijera que “por la experiencia de otros países, la dolarización no resuelve todos los problemas”, el Gobierno empezó a reconsiderar su propuesta original. Ahora, el equipo económico argentino analiza otras alternativas, entre las que se encuentra el modelo peruano.
El medio inglés The Economist explicó sobre este caso que, a pesar de los muchos recambios presidenciales que sucedieron en Perú en los últimos ocho años —seis presidentes y tres recambios de Parlamento—, el sol, su moneda, se convirtió en “un faro de estabilidad, y es desde hace mucho tiempo la moneda más sólida de América del Sur. Cada tanto el sol peruano fluctúa frente al dólar, pero su valor es el mismo desde 1999″.
La situación se asemejaba a la actualidad argentina: el dólar llegó a representar más del 80% de la base monetaria del país, como explicó el medio británico, y existían varias cotizaciones simultáneas. Esto llevó a que, en 1990, Alberto Fujimori, presidente de Perú desde 1990 hasta 2000, implementara un programa de estabilización y reforma económica, que unificó el tipo de cambio a la baja. Este esquema fue una respuesta a la hiperinflación que azotó a su país tras el gobierno de Alan García, su antecesor. De hecho, para 1990, el Banco Central de Perú estaba emitiendo billetes de 5.000.000 de intis, la moneda que en 1985 reemplazó al sol.
Las similitudes continúan: se quitaron los subsidios a los servicios públicos y combustibles, los controles capitales y las barreras comerciales, y se dejó de imprimir dinero.
Luego de esto, la inflación comenzó un camino ascendente, hasta que logró establecerse en 6% en 1998, lo que permitió que volviera a implementarse el sol como moneda nacional.
La confianza en la moneda resurgió, como explicó el medio inglés: “Actualmente, solo el 34% de los depósitos bancarios, el 23% de los préstamos bancarios y el 8% de las hipotecas están en dólares”. La competencia de monedas entre el dólar y el sol, sin embargo, persiste.
Parte de esto se logró luego de que Fujimori le diera independencia al Banco Central a través de la Constitución Nacional, lo que establecía que la entidad no podía establecer múltiples regímenes de tipo de cambio. Hoy, la inflación de Perú se encuentra entre las más bajas de la región, con un 3% anual.
En la Argentina es sabido que la confianza de la gente en el peso viene en caída, en parte por la constante emisión monetaria que caracterizó a los anteriores mandatos, lo que generó déficit fiscal, y en parte por el proteccionismo del que abusó el kirchnerismo, lo que ahuyentó las inversiones extranjeras y dejó al BCRA sin reservas.
Mientras que durante la campaña presidencial y tras su asunción, Milei se centró en proponer el cierre del BCRA y la dolarización, estos puntos se difuminaron y, por el momento, parecen no dominar la agenda política y económica de La Libertad Avanza. Es que este modelo peruano se acerca más a las intenciones del Gobierno, en donde domina la implementación de la libre competencia de monedas, mediante la cual se podría optar por realizar cualquier transacción a través de cualquier moneda, incluyendo el dólar. Aunque, cabe destacar, para Milei esto podría llevar a una eventual la dolarización, dada la preferencia de los argentinos por la divisa extranjera como moneda de uso corriente.