Correr una maratón: una experiencia única que también desafía al bolsillo
Los costos del entrenamiento y las carreras representan un obstáculo difícil de superar; participar de las más importantes del circuito suele costar más de $ 30.000
Las grandes proezas suelen dejar huellas imborrables. Historias que se mitifican a medida que son transmitidas de generación en generación. En el caso de quienes hicieron de correr un estilo de vida, probablemente no exista gesta más trascendente que la lograda por el soldado ateniense Filípides, que en el año 490 a.C. debió correr más de 40 kilómetros para avisar a su pueblo que el ejército había derrotado -contra todos los pronósticos- a la mucho más numerosa milicia persa en la batalla de Maratón. Tras cumplir con la orden recibida, Filípides murió exhausto.
Es en conmemoración a aquella hazaña que, desde los primeros Juegos Olímpicos de la modernidad, disputados en 1896, se conoce como maratón a las carreras de 42.195 metros -distancia definida posteriormente en los Juegos Olímpicos de Londres 1908, para que la largada pudiera ser vista por los reyes desde el Castillo de Windsor-.
Desde entonces, miles de atletas hacen honor a Filípides al correr los 42.195 metros de las múltiples maratones que se disputan anualmente en todo el mundo. Pero para hacerlo, y no imitar su trágico final, los runners no sólo deben someterse a una exhaustiva preparación atlética y mental. También deben realizar un gran esfuerzo económico.
La inscripción a las maratones más relevantes del circuito suelen oscilar entre los 40 y los 250 dólares, dependiendo de la importancia de ésta y el tiempo de reserva de la vacante. A ese importe, el maratonista deberá añadir los gastos correspondientes al traslado hacia el lugar, el alojamiento y las comidas. El costo final, entonces, variará según la lejanía de la carrera y las posibilidades de cada atleta. Como referencia, un maratonista confió que el año pasado debió pagar más de $ 30.000 sólo para costearse tres días y una carrera en Berlín.
No todas las maratones son iguales. Marcelo Altuna, de 48 años y maratonista desde hace nueve, explica que "existen seis carreras que se destacan del resto, que son las de Boston, Chicago, Nueva York, Londres, Berlín y Tokio". Y debido a la gran demanda que generan a nivel mundial, los precios para correrlas son más altos.
"Los que no hayan salido sorteados para la inscripción ni puedan correrla a partir de registros logrados en el circuito oficial, deben comprar paquetes en agencias que suelen costar entre 2500 y 3000 dólares e incluyen la inscripción y el alojamiento [no así los traslados hacia el lugar], o adquirir cupos VIP, que sólo incluyen la inscripción, a cambio de entre 2000 y 3000 dólares", detalla Altuna.
Claro que no todos los atletas de nuestro país que quieran correr una maratón deben cruzar la frontera. Si bien las maratones más prestigiosas se encuentran en el extranjero, la escena argentina también ofrece variantes. Y éstas son, lógicamente, más accesibles para el bolsillo.
El marplatense Mariano Mastromarino, último ganador de la Maratón de Buenos Aires, las jerarquiza: "La maratón más importante del país es la de Buenos Aires, que el año pasado contó con más de 10.000 participantes. La siguen, en cantidad de participantes, la de Rosario y después la de Mar del Plata, que creció mucho en los últimos dos años".
La inscripción para la maratón de Córdoba, que se hace el próximo 3 de mayo, comenzó con un valor de $ 250, hoy asciende a $ 350 y a partir del 16 de marzo costará $ 390 (los maratonistas extranjeros deberán abonar US$ 100). Los precios para la maratón de Rosario del próximo 28 de junio oscilarán, de acuerdo con el momento de inscripción, entre $ 220 y 300. Mientras que los runners que pretendan destronar a Mastromarino en la próxima Maratón de Buenos Aires deberán abonar, primero, una inscripción de $ 250 (US$ 80 para los extranjeros).
Preparación e indumentaria
Correr una maratón exige una preparación adecuada. El entrenamiento, la alimentación y la indumentaria serán, por lo tanto, vitales para el corredor.
Fernando Petracci, ganador del Campeonato Argentino de Ultramaratón 2014, y con 17 maratones corridas, debe, pese a sus probadas credenciales, hacer un esfuerzo económico sólo para entrenarse: "He enviado solicitudes a las principales marcas de running y suplementos alimentarios, pero no he tenido respuesta. Así que debo pagarme mi propio entrenamiento".
El entrenamiento, detalla Petracci, consiste en un entrenador personal, al que le paga $ 600 por mes; el gimnasio, por el que abona $ 500 mensuales; bebidas isotónicas, por las que desembolsa $ 150 semanales, y aminoácidos y carnitina, por los que paga $ 250 gracias a un descuento del 50%.
Mientras que por el lado de la indumentaria, en el mercado argentino, un par de zapatillas adecuadas pueden conseguirse entre $ 1200 y 2000. Las remeras y musculosas tienen un valor de $ 600 a 800, los shorts cuestan alrededor de $ 500, y las medias, $ 150 por par.