Del encanto al rápido desencanto
Un gerente de comercio exterior, puesto clave y también complejo en los tiempos que corren, se entera de que su aumento es menor al de otros ejecutivos
Sebastián es Gerente de Comercio Exterior de una importante empresa Industrial y Comercial con base en Buenos Aires. Su rol es complejo ya que debe supervisar las operaciones que realiza su equipo en las diferentes aduanas del país. Trabaja en la misma empresa desde hace doce años, cuando ingresó como analista de comercio exterior.
Desde siempre la empresa tuvo una política de remuneraciones poco clara. A juicio de Sebastián nunca podía conocer y reconocer qué debía hacer para ganar más. Era y es muy consciente del aumento del costo de vida porque lo vive y sufre de manera cotidiana, pero desconoce el tratamiento que le da su compañía a los aumentos.
El año 2011 no estuvo exento de dificultades. Su jefe lo llamó para comentarle que había recibido un aumento del 18%. Estas palabras sonaron como una burla a Sebastián y a su economía ya que él y todos sabían que la inflación había sido del orden del 23%. Por supuesto que se quejó a su jefe y a Recursos Humanos pero al igual que un penal mal cobrado, los reclamos de los jugadores no retrotraen el hecho o logran cambiar la decisión original.
El año siguiente encontró a Sebastián con muchas complicaciones operativas y desafíos que lo mantuvieron ocupado. Las crecientes dificultades en materia de importación y exportación y nuevas regulaciones le exigieron un esfuerzo adicional para mantener a sus equipos motivados y actualizados. Y cuando estaba transcurriendo el tercer trimestre y ya previendo un aumento del costo de vida del 25% le comunicaron su aumento que sería del 28%.
Excelente noticia aunque le había ganado a la inflación y la diferencia no era mucha, sabía que al menos no había perdido poder adquisitivo. Su jefe le reconoció sus esfuerzos y logros durante el año y la manera en que había mantenido cohesionado al grupo, sin haber tenido ninguna pérdida de sus analistas, etc.etc.
Al día siguiente y mientras almorzaba en el comedor con gerentes amigos se enteró que los aumentos recibidos por el resto iban entre un 30 al 33%. Todo su entusiasmo se había desmoronado en un instante. Debía esperar un año más para esperar a ver que sucedía. Pero aún así seguía desconociendo las variables tenidas en cuenta para su salario. Seguía con poca previsibilidad para su futuro.
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