
En Corea hay un eclipse de Moon
Víctima de la crisis, su imperio se cayó en Asia y ahora lucha por mantener sus actividades en América del Sur
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THE ECONOMIST.- Las cosas van de mal en peor para el reverendo Sun Myung Moon, que alguna vez planeó convertirse en el mesías de los Estados Unidos. Sus seguidores en este país se redujeron a un número casi insignificante. Ahora está en América del Sur, luchando por reavivar su carrera. Pero en Corea su imperio económico se derrumbó, víctima de la crisis. Cuatro compañías del grupo Tong Il (Unificación) de Moon -Tong Il Heavy Industries, Hankook Titanium, Il Sung Construction e Il Shin Stone- se presentaron en quiebra en Seúl. Un quinto miembro, Il Hwa, fabricante de bebidas sin alcohol, lo había hecho en mayo. Las cinco compañías abarcan tres cuartas partes del grupo empresarial Tong Il.
Los problemas inmediatos de Tong Il eran los usuales de las corporaciones surcoreanas -ganancias que se esfuman y enormes deudas impagables-, a los que se sumaba uno más, el mal manejo de la Iglesia de la Unificación. Entre todas, las 17 compañías del grupo Tong Il tenían deudas por 2 billones de wones (US$ 1200 millones), o 19 veces su patrimonio neto, a fin del año último.
Los problemas monetarios también socavaron los planes de Moon para Corea del Norte. Como había nacido allí, el reverendo tomó la precaución de mantener contactos con su tierra de origen. En 1991 cerró trato con Kim Il Sung, ex líder de Corea del Norte, para convertir el monte Kumkang en zona turística. Pero el temor despertado por la situación financiera de Tong Il hizo abortar el proyecto. Más tarde, Hyundai, el mayor conglomerado surcoreano, ganó en cambio el contrato. En octubre, el grupo Tong Il se ofreció a iniciar un servicio de excursiones, pagándole a Corea del Norte US$ 100 por cada turista que llevara al monte Kumkang. Pero esta vez fue el gobierno de Corea del Sur el que vetó la propuesta, prefiriendo que una única firma confiable prestara este servicio políticamente delicado. Hace un mes, Hyundai inició sus propias excursiones.
Fracaso
Uno de sus mayores fracasos en los últimos tiempos fue Panda Motors, que cuando se anunció en 1989 fue considerada la mayor inversión extranjera hasta el momento en China. Las ventas de 300.000 coches por año planeadas por Panda debían financiar un sueño mucho más ambicioso: la Autopista Internacional de Paz, que correría (con algunas interrupciones por causa de los mares) desde Tokio hasta Londres, pasando por Corea del Norte y China.
En un principio, los representantes de Moon llevaron la idea a Pekín y a Shanghai, donde los funcionarios se mostraron escépticos respecto de la capacidad de una iglesia sin experiencia en el rubro para iniciar una industria automotriz extranjera en China. Pero con el tiempo la iglesia encontró funcionarios menos exigentes en Huizhou, cerca de Hong Kong, y les vendió la idea.
El grupo Tong Il prometió invertir US$ 1000 millones, y a cambio le fue arrendada una enorme parcela a US$ 1 el metro cuadrado, una ínfima fracción del verdadero valor de la tierra. Entonces Panda compró algunos equipos viejos de estampado de chapa de una planta que General Motors estaba cerrando en Ohio. Por algún extraño motivo, esto llevó a que la prensa informara ampliamente (aunque sin fundamentos) que iban a fabricar una versión china del Chevy Chevette. Panda nunca produjo un diseño propio: en 1996, después de gastar una cifra estimada en US$ 100 millones en la fábrica y otras operaciones relacionadas con ella sin producir un solo auto, cerró oficialmente la planta.
Hoy, la compañía se llama Panda Property Development, y el arrendamiento a 50 años resultó ser su bien más valioso.




