En octubre las jubilaciones aumentarán 4,17%: cómo quedarán los montos y qué otros ingresos se reajustarán
Mientras se debate en Diputados el aval o el rechazo al veto presidencial a la ley votada semanas atrás, se conoció el índice de reajuste de octubre; la mínima será de $244.321 y la máxima, de $1.644.046; también se actualizarán las pensiones no contributivas y las asignaciones por hijo; qué incremento se acumula en lo que va del año
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Los haberes jubilatorios del sistema general de la Anses subirán en octubre un 4,17%. La prestación mínima será de $244.321 (sin bono) y la máxima, de $1.644.046, ambos montos en bruto. En términos netos, tras restar el aporte al PAMI (y si no hay otros descuentos, que puede haberlos), las cifras aproximadas serán de $236.991 y $1.552.733, respectivamente.
El porcentaje del reajuste replica la inflación de agosto, que fue difundida esta tarde por el Indec. El aumento alcanza a quienes cobran jubilaciones y pensiones del sistema contributivo de la Anses y también a quienes perciben pensiones no contributivas o prestaciones por hijo, ya sea la Asignación Universal por Hijo (AUH), cobrada por trabajadores informales y desocupados, o la asignación del salario familiar de la economía formal, que alcanza a un grupo de empleados registrados y de monotributistas. La AUH será de $87.790, aunque el monto cobrado mensualmente es el 80% de ese total, es decir, $70.231. La percepción del 20% restante es una vez al año y está condicionada a que se certifique el cumplimiento de obligaciones vinculadas con la escolaridad y el cuidado de la salud.
Los importes consignados son aproximados, ya que no fueron todavía oficializados. Las cifras definitivas, que deberán ser consignadas en una resolución de la Anses, dependen del redondeo del índice (en este caso se utilizaron dos decimales, que es la práctica que se asumió en los últimos incrementos).
El reajuste mensual de los ingresos previsionales según la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) se hace en función de lo dispuesto por el decreto de necesidad y urgencia 274, de marzo de este año, que derogó la fórmula de movilidad que regía desde 2021. La suba es para todos los haberes, cualquiera sea su importe.
Más allá del porcentaje de suba de los haberes, aún no se conoce qué ocurrirá el mes próximo con el bono que cobran quienes tienen los ingresos más bajos del sistema. Con los haberes de septiembre se está abonando por estos días un refuerzo de hasta $70.000 a quienes tienen un haber bruto de hasta $304.540. Si para octubre se dispusiera un bono del mismo importe, que está congelado desde marzo, entonces para quienes tienen el haber mínimo la suba del ingreso total no será de 4,17%, sino de un porcentaje más reducido; concretamente, de 3,23%. Si se decidiera no pagar un bono, quienes tienen solo un haber mínimo como ingreso previsional recibirían en octubre menos dinero que en los meses previos.
El adicional o refuerzo alcanza cada mes a los jubilados del haber mínimo y a los que tienen un ingreso de hasta la cifra conformada por ese importe básico más el propio bono. En septiembre, por ejemplo, quien tiene un haber bruto de $280.000, recibe un plus de $24.540. Con un ingreso previsional superior a $304.540 (solo por este mes, esa cifra es el ingreso mínimo garantizado) no se percibe adicional, según la regla que había definido el gobierno anterior y que viene replicando el actual.
Esta vez, el índice de actualización se conoce el mismo día en que la Cámara de Diputados debatió sobre las jubilaciones, tras el veto presidencial a la ley que previó una suba de 7,2% para los haberes retroactiva a abril, entre otros puntos. Un grupo de legisladores se propuso insistir con la norma legislativa, pero no se logró llegar a una mayoría de dos tercios, con lo cual quedó en pie el veto del presidente Javier Milei. Esa ley disponía también que rigiera un ingreso mínimo garantizado atado al valor de una canasta básica de consumo (que, en la práctica, iba a ser el reemplazo de la política discrecional de bonos).
Además, la norma vetada incluía una cláusula por la cual los haberes tendrían una suba anual condicionada a que los salarios aumentaran más que los precios en un determinado período. Y también un emplazamiento a la Anses para transferirles fondos a las provincias con cajas previsionales deficitarias, y para que les pagara lo adeudado, en algunos casos desde hace muchos años, a los jubilados que tienen sentencias firmes, derivadas de juicios iniciados a causa del mal cálculo del haber inicial o de la insuficiente o nula actualización de los montos.
La ley fue rechazada por el Poder Ejecutivo por falta de previsiones sobre el financiamiento de las obligaciones que les iban a ser impuestas al Estado. El veto fue completo y hasta incluyó un artículo que solo ratificaba la modalidad de reajustes fijada por DNU y que el Gobierno está aplicando (reajustes por IPC y con frecuencia mensual). En esta cuestión en particular, se perdió la oportunidad de que el cálculo estuviera en una ley y no en un decreto.
Las subas acumuladas en el año
Con el reajuste que se aplicará en octubre, el aumento nominal de los haberes en lo que va del año llegará a 131,15%. Sin embargo, para quienes menos cobran esa suba es bastante inferior: el ingreso conformado por el haber mínimo más el bono (que en enero y febrero era de $55.000 y desde marzo es de $70.000) acumulará un alza de 97,4%, en el supuesto de que se vuelva a pagar un bono de $70.000.
En los primeros ocho meses del año y según se conoció hoy, en tanto, la inflación fue de 94,8%. En ese período los haberes jubilatorios propiamente dichos (sin bono) subieron nominalmente un 113,3%, mientras que el ingreso conformado por el básico más refuerzo tuvo un alza de 83,8%. En el primer caso, el poder de compra respecto de diciembre resultó un 9,5% más alto en el octavo mes de este año (comparado contra el índice de precios medido por el Indec, que no necesariamente refleja el gasto de cada hogar). Por el contrario, para los haberes más bajos (y a causa del congelamiento del bono, que representó casi un 24% del monto total), la capacidad adquisitiva fue un 5,6% más reducida. En ambos casos, la comparación es contra un período en el que los ingresos estaban muy deteriorados: solo en 2023 quienes cobran el haber mínimo perdieron un 14,2% de su poder de compra y el resto de los jubilados y pensionados, un 32,3% (quienes nunca percibieron un refuerzo), o un 37,4% (quienes tuvieron un plus hasta agosto del año pasado).
Una condición que siempre tuvo el cobro del refuerzo es que solo se debe percibir una prestación de hasta un haber mínimo: si se tiene jubilación y pensión, no hay plus. Según datos de la Subsecretaría de Seguridad Social, aproximadamente el 50% de los jubilados y pensionados del sistema contributivo cobró en junio el bono (ya sea el monto completo de $70.000, o el importe necesario para llegar al ingreso mínimo garantizado que rigió ese mes. Se trata de alrededor de 3 millones de personas.
Prestaciones no contributivas y por hijo
El índice de 4,17% para octubre alcanza a las prestaciones no contributivas, como la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que el mes próximo será de de $195.456. Estos beneficios estarían alcanzados por el bono de $70.000, si se confirmara su pago.
Además, tendrán un reajuste de igual porcentaje que las jubilaciones, las prestaciones por hijo a cargo de diferentes grupos de trabajadores, desocupados y jubilados. En el caso de los trabajadores bajo relación de dependencia, dependiendo de cuál sea el ingreso total del hogar donde viven los chicos, la asignación por hijo menor de 18 años será por octubre de $43.908; $29.615; $17.909, y $9237.
Por último, también aumentan las remuneraciones mínima y máxima para el cálculo de los aportes al sistema jubilatorio, a la obra social y al PAMI, que suman en total el 17% del salario bruto.
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