Hay que movilizar el volumen de exportaciones
-¿Cuál es el fenómeno económico más relevante de la Argentina de los últimos años?
-Teníamos una economía que exportaba por un valor de 80.000 millones de dólares y actualmente obtiene del mundo apenas 55.000 millones de dólares, un tercio menos que hace cinco años. No es casualidad que en ese período hayamos asistido a un estancamiento económico con baja generación de empleo, mantenimiento de los niveles de pobreza y deterioro del resultado fiscal. Crecer en la Argentina tiene consecuencias directas sobre las importaciones. No puede existir un sendero sostenible de crecimiento en la Argentina si no se moviliza el volumen de exportaciones.
-¿Cómo explicar esta dinámica del sector externo?
-Hay fenómenos internacionales que afectaron el desempeño de las exportaciones (menor crecimiento del comercio mundial y los menores precios internacionales de alimentos, sumado a la recesión en Brasil), pero existen factores locales que se han profundizado en los últimos años. Con la estructura tributaria y de precios relativos actual la economía no es competitiva, pero modificar cualquiera de estos aspectos no es tarea sencilla. Por ejemplo, es claro que a los niveles actuales de inflación el traspaso a precios ha sido elevado, por lo que simplemente devaluar no resulta una salida razonable para corregir precios relativos. En cualquier caso, es necesario un enorme grado de coordinación en la política económica en el corto plazo, para que exista una transición eficaz que permita recuperar el crecimiento, pero es importante que este crecimiento se establezca sobre bases sólidas.
-¿Hay un problema cambiario?
-Sí y no. Es claro que en una economía donde se observa un deterioro tan significativo de las ventas externas, el tipo de cambio real debería haber subido. En lugar de eso, tenemos hoy un tipo de cambio real más bajo que en el auge. Sin embargo, los precios relativos son una condición necesaria pero no suficiente para el crecimiento sostenido; se exige una visión de mediano plazo sobre el tipo de inserción internacional que se considera adecuado para la economía Argentina y el establecimiento de marcos regulatorios acordes. Hay consenso respecto de que el desarrollo productivo no es espontáneo ni se genera automáticamente a través de ciertas variables económicas, y éste no es un argumento de la heterodoxia: organismos como el Banco Mundial consideran que el Estado tiene un rol clave en el desarrollo productivo. Definir y promoverlo es una tarea pendiente, pensar que las estrategias de desarrollo son sutiles y contingentes no implica que no deba apostarse a alguna de ellas. Si se desea dar previsibilidad, la política económica no puede agotarse en la inflación y el déficit fiscal.
El autor es economista y docente de la Universidad Nacional del La Plata
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