La recuperación económica en Europa bajó su ritmo por los contagios de ómicron
En el último trimestre de 2021 los indicadores en la eurozona mostraron avances más modestos que los de períodos anteriores; Alemania es uno de los países que se ven especialmente afectados, por su perfil industrial y los problemas de suministros
MADRID (El País).– La variante ómicron del Covid-19, las restricciones de movimientos, los muy altos precios de la energía, el colapso en cadenas de suministro, tensiones geopolíticas... Demasiados obstáculos para que la recuperación económica despegue sin problemas. Y los efectos se han notado al fines de 2021.
La economía en la eurozona creció un 0,3% entre octubre y diciembre, lejos del ritmo superior al 2% que había mantenido el aumento de del nivel de actividad en el segundo y el tercer trimestre, según los datos divulgados días atrás por Eurostat, la oficina europea de estadísticas. Incluso así, la recuperación avanza: el año pasado terminó con un crecimiento del 4,6% en la zona euro y de 4,8% en la Unión Europea.
Este empuje y la alta inflación ponen presión sobre el Banco Central Europeo (BCE). El jueves último hubo una reunión del Consejo de Gobierno de la entidad, de la cual, de todas formas, no surgió la decisión de instrumentar cambios en la política monetaria.
Por ahora, ha sido la Comisión Europea la que ha abierto el debate sobre si es momento de ir moviéndose hacia cierta normalidad en la política fiscal y en las ayudas a las empresas, al proponer a los Estados miembros, un par de semanas atrás, que se vayan retirando las ayudas corporativas extraordinarias.
El golpe de esta ola de contagios de coronavirus –la cuarta o la sexta, según el país de Europa que se mire– ha sido menor del esperado, según destacan los analistas de ING, quienes ven un signo de fortaleza en el hecho de que la economía europea haya seguido creciendo pese a los múltiples problemas que surgen. De todas maneras, creen que en estos primeros meses de 2022 la mejora de la actividad continuará mostrándose débil.
Aunque los datos son provisorios, se puede concluir que en los últimos meses de 2021 Europa se quedó atrás con respecto al vigor que demostraron las economías de Estados Unidos y China. Especialmente la gran potencia americana mostró un vigor desconocido que la llevó a acabar el ejercicio con el mayor nivel de crecimiento en el término de cuatro décadas.
Si algo ha pesado en Europa es la debilidad alemana. Al gigante económico de la Unión Europea los problemas en las cadenas de suministro le amargaron el año. Su actividad está mucho más volcada en la industria que la de otros países, y es en este sector donde más han impactado los cuellos de botella que han ido en contra de la recuperación en buena parte del mundo occidental. Tampoco la inflación ha ayudado a la potencia germana: los altos precios de la energía castigaron el consumo, y a ello se suma que el país ha aplicado duras restricciones para frenar los récords de contagios que trajo la variante ómicron.
La consecuencia inmediata ha sido que entre octubre y diciembre la economía alemana se contrajo un 0,7%, y eso se ha notado en el resto de la UE y de la zona euro. La perspectiva en el corto plazo no mejora. No obstante y según consideran los analistas económicos de eToro, habrá una recuperación y se crecerá “cerca del 4% este año, a medida que las perturbaciones de la cadena de suministro y la [incidencia de] ómicron disminuyan”.
El final del año 2021 alemán contrasta con el francés. La economía de Francia creció un 0,7% y la dinámica tomada por la actividad ha permitido cerrar todo el ejercicio con un tirón de su economía del 5,4%, si la comparación se hace contra el mismo trimestre del año anterior. Francia ha sido el alumno aventajado de Europa en la recuperación. Su actividad ya se ha recuperado respecto a los niveles previos a la pandemia.
Una de las economías que mejor comportamiento tuvo al terminar 2021 fue la española. El crecimiento de 2% en el último trimestre se destaca por encima del conjunto de otros países y Estados miembros de la UE. No obstante, el dato de todo el año quedó en 5%, frente a 5,2% de la eurozona y de la UE. Además, España sigue estando muy lejos de recuperar todo lo perdido en el desplome de 2020 y en los primeros compases de 2021.
No obstante, si una economía ha sufrido estos meses el impacto de la ómicron ha sido la de Austria. Su gobierno ha sido el que ha impuesto algunas de las restricciones más duras para hacer frente a la nueva ola, y eso se ha traducido en una contracción trimestral de 2,2%, que le ha llevado a finalizar el año con un crecimiento del 5,4%. © El País
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