
Los locutorios se expanden en las estaciones de servicio
La desregulación posibilita nuevos nichos de mercado
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La telefonía pública, que siempre fue una especie de patito feo de los servicios, está empezando a convocar el interés de las empresas, que buscan una vuelta de tuerca para hacer más redituable el negocio. El primer lugar elegido para desembarcar son las estaciones de servicio, que, de esta manera completan su cada vez mayor variedad de servicios a la vez que generan un ingreso extra para los estacioneros.
Según datos del sector, la telefonía pública factura alrededor de 500 millones al año. De eso, el 70% es generado en los locutorios o telecentros. "Es un porcentaje muy alto, y es una característica única del mercado argentino. En otros países casi no hay telecentros, pero acá la gente prefiere sentarse y estar cómoda", señaló Luis Perazo, director corporativo de comunicaciones de Telecom.
Telefónica firmó un acuerdo para instalar -con obvio acento español- minilocutorios en 1100 estaciones XXI de Repsol-YPF, mientras que Telecom avanzó en sus negociaciones con algunas estaciones de las redes de Shell y Esso, en donde ya instaló 350 telecabinas y espera llegar a 1000 a fin de este año.
En promedio, el costo de las cabinas ronda los 5000 pesos. Tienen entre 2 y 4 líneas, y las más sofisticadas proveen acceso a Internet, servicios de fotocopiadora y venden tarjetas y accesorios para telefonía celular. En promedio, se calcula un ingreso mensual de unos 2000 pesos en una cabina de 2 líneas. Según las empresas, el costo de la inversión se recupera entre 5 y 8 meses.
Tanto Telefónica como Telecom realizan los convenios a través de terceros mayoristas. En el caso de Telefónica, uno de sus mayores operadores es Cosetel, una Pyme cordobesa. Si la inversión la realiza Cosetel, el estacionero recibe alrededor del 15% de la facturación. Si la inversión es asumida por él mismo, recibe un 25% de lo que facture.
En el caso de Telecom, por reglas generales, el estacionero se queda con el 25%(si la inversión es hecha por la empresa) y, si la inversión es propia, entre el 25 y el 70% según el tipo de llamadas facturadas (locales o larga distancia).
En rigor, cualquiera que obtenga una licencia de telefonía puede instalar aparatos con su marca. Aunque Alberto Pierri, a través de Telecentro, y el grupo mendocino Vila obtuvieron licencias para dar telefonía pública, por ahora sólo hay un nuevo operador: tímidamente han comenzado a aparecer en el centro de la Capital Federal los aparatos negros y plateados de Telefonía Pública y Privada (TPP), la empresa de Dakota, la administradora de playas de estacionamiento y parquímetros que también está en el Gran Buenos Aires y las provincias de Córdoba y Salta. "Los minicentros en las estaciones de servicio andan muy bien en el interior", señaló Daniel Biota, presidente de TPP, "había una gran necesidad insatisfecha, sobre todo en aquellos lugares más alejados, donde por ejemplo se concentran los transportistas para comunicarse con sus centrales".
TPP lleva invertidos unos 5 millones de pesos, y ya instalaron 1500 líneas, la mitad de las cuales corresponden a locutorios en la Capital Federal y en Córdoba.
"Es difícil competir con las telefónicas porque ellas ofrecen paquetes completos de larga distancia, transmisión de datos, etc. Todavía no alcanzamos el punto de equilibrio, pero crecemos un 15%mensual", dijo Biota. A los estacioneros, TPP les ofrece un porcentaje sobre el margen de ganancias. "Nosotros hicimos eso porque preveíamos que, gracias a la desregulación, los costos iban a mejorar y así nuestros socios se llevan cada vez una mayor ganancia".






