Mercedes Marcó del Pont, el desembarco en la AFIP luego de su paso por el Banco Nación

Del mismo modo que en 2005, cuando tuvo su primera acercamiento al kirchnerismo como candidata a diputada del Frente para la Victoria, la economista Mercedes Marcó del Pont volverá a la función pública convocada por Alberto Fernández. Esta vez, al frente de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).

Sobrina del Rogelio Frigerio fundador del desarrollismo y prima del Rogelio Frigerio ministro de Interior de Mauricio Macri, Marcó del Pont comenzó a militar en su adolescencia en el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), creado por el expresidente Arturo Frondizi.

Nació hace 60 años en el elegante barrio de Recoleta, del que todavía es vecina, y quienes trabajaron con ella la definen como una mujer "formal" y "muy culta". Sus orígenes no han sido, sin embargo, motivo de conflicto cuando trabajó dentro de la estructura del peronismo ni en su relación con los sindicatos.

De hecho, en la Asociación Bancaria que conduce Sergio Palazzo aseguran que tienen un vínculo "excelente" y "grandes coincidencias" en materia macroeconómica. "Ella realmente cree que el intervencionismo estatal hace crecer la economía. Tiene un enfoque desarrollista", señala un excolaborador.

Es licenciada en Economía de la Universidad Nacional de Buenos Aires y máster en Desarrollo Económico de la Universidad de Yale. Apenas recibida se incorporó a la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE), de la que todavía forma parte como presidenta, y que en ese entonces era encabezada por Héctor Valle, un economista que la apuntaló en su ingreso a la política.

La integración de Marcó del Pont al kirchnerismo fue propiciada en 2005 por el actual presidente electo, amigo de una de sus hermanas. Fernández le propuso que acompañara a Rafael Bielsa en la lista de diputados y así ingresó al Congreso como parte del Frente para la Victoria. Ocupó ese cargo hasta 2008, año en que fue elegida por Cristina Fernández de Kirchner para presidir el Banco Nación.

De ahí escaló al Banco Central (BCRA), donde fue presidenta entre 2010 y 2013, luego de que fuera apartado Martín Redrado. "No sé si buena o mala, pero olvidable seguro que no", dijo un economista sobre su gestión en el Central.

De su paso por el edificio de la calle Reconquista se pueden señalar al menos tres hitos. Por un lado, la implementación en 2011 de un cepo altamente restrictivo a la compra de dólares. "Siempre dice es que los países como la Argentina no se pueden desarrollar con un mercado de cambio desregulado. Para ella regular la fuga es clave para crecer y no solo para dejar de caer", comentan en su círculo.

Por otro lado, dejó tras de sí la reforma de la Carta Orgánica del BCRA, que le sumó al mandato de buscar la estabilidad de los precios el de propiciar el desarrollo y el empleo. También la ampliación del margen para que el Central pueda financiar al Tesoro vía emisión, lo que, a su entender, no genera inflación por sí mismo.

En tercer lugar, marcó un récord de pérdida de reservas, al decidir utilizarlas para saldar deuda y evitar tomar nuevo crédito, lo que implicaba resignar margen de maniobra para intervenir en la política monetaria.

En un reciente informe de FIDE firmado por ella, Marcó del Pont consideró que hay que iniciar un proceso de "desdolarización de la economía argentina" y que este tema debería estar incluido en el acuerdo social que impulsa el futuro presidente, por lo que es esperable que intente posicionarlo en la agenda una vez dentro del equipo.

Quienes la conocen dicen que pese a ser dogmática en sus principios, "es una persona con la que se puede hablar". También que sabe bucear en la burocracia del Estado, es consciente de las limitaciones que revelan los libros cuando se usan en la función pública y es hábil en la lectura política. "Quizás parezca un poco ingenua -decía Héctor Valle de ella-, pero no lo es".