Ricardo Arriazu: “La súper grieta del Gobierno es más parecida al Cañón del Colorado”
El economista indicó que no es momento de dolarizar la economía y descartó una hiperinflación, pero dijo que “todo es posible en la Argentina”
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El economista Ricardo Arriazu es uno de los analistas más escuchados en el sector privado. En un encuentro realizado por un importante banco, buscó dar optimismo acerca del potencial “gigantesco” que tiene la Argentina en sectores como el agroindustria, la minería, Vaca Muerta (petróleo y gas) y la industria de servicios del conocimiento. Sin embargo, para el corto plazo, concluyó que será un año de “poco crecimiento económico, mucha conflictividad y bastante inflación”.
Arriazu comenzó su disertación mencionando los eventos que afectan a la economía argentina, como la inflación internacional y la subas de tasas de interés, los problemas logísticos y de flete, la disparada del precio de la energía, el conflicto bélico de Rusia y Ucrania, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los ajustes microeconómicos que habrá que hacer. También mencionó como un factor no menor la interna política en la coalición gobernante, a la que llamó una “súper grieta, más parecida al Cañón del Colorado”.
“El mundo siempre fue incierto, ahora es más incierto y eso afectará al crecimiento mundial. Algunos dicen que habrá recesión, yo no lo creo”, dijo, y luego se refirió específicamente a la Argentina. Según el analista, este año la economía caerá 0,5% del PBI, aunque por el arrastre estadístico habrá un aumento de 3,6%. “Si no hay un cambio positivo en la confianza de que los argentinos digan que les conviene invertir en el país, este año en punta tiene crecimiento negativo. Igual tendrá variación positiva por el arrastre estadístico”, comentó.
Con relación a la inflación internacional, el economista indicó que se espera que “baje rápidamente”, aunque seguirá la gran incertidumbre de la guerra. “Los países comenzaron a hacer ajustes fiscales y monetarios, y vemos que el precio del petróleo cayó en abril frente a marzo. Además, se está normalizando el proceso de transporte. Hay inflaciones altas, pero es muy probable que empiecen a caer. Estados Unidos, principalmente, está ajustando su déficit fiscal luego del gasto fenomenal que hizo en pandemia y de nuevo después por populismo”, dijo, mientras mostraba un gráfico en el cual se veía el aumento del déficit del gobierno de Joe Biden entre febrero y mayo de 2021.
En este contexto, habló sobre la suba de los precios de las materias primas e indicó que la Argentina estuvo exportando la tonelada de soja a un valor promedio de US$570. Sin embargo, advirtió por el aumento del costo de la energía. “No estamos salvados porque subieron los precios la materia prima: el costo de la energía será más grande que el beneficio que recibimos de la parte agrícola”, proyectó.
La “calesita de precios relativos”
Arriazu se refirió también a la inflación en el país y proyectó que el índice de precios en abril estará en torno al 5%. “En la Argentina, cada vez que hubo un pico inflacionario es porque el tipo de cambio se movió. Por lejos es el principal factor de corto plazo en la inflación, pero esta vez no. En marzo, los precios estacionales (la lechuga y el tomate) subieron menos que el promedio. En cambio, la núcleo, que es la guía política del Gobierno porque se le quita las variaciones de alimentos y energía, subió mucho. Es preocupante ese aumento y arruina la estrategia del Gobierno, que quería devaluar al 3,5% y que la tasa esté un poco arriba de 3,5%. Eso se le fue al demonio”, advirtió.
En este sentido, se refirió al concepto de “la calesita de los precios relativos”, al indicar que “todos dicen que el tipo de cambio y las tarifas están atrasadas, y que los sectores de la economía dicen que sus valores también están atrasados”. Y agregó: “Si todos están atrasados, ¿cuáles están adelantados? Cuando alguien dice que su precio está atrasado, dice que está por debajo de su máximo precio relativo que quiere recuperar. Cuando se suman las aspiraciones de todos los sectores da tres veces el PBI, lo cual es imposible”.
Luego señaló que la “única” manera de parar la inflación es hacer “al mismo tiempo” tres cosas: eliminar el déficit fiscal y dejar de emitir; estabilizar el tipo de cambio nominal, porque es la principal variable que determina los precios, y romper la indexación, “la calesita” de precios relativos. “Si trabajo con cada uno por separado, no voy a tener resultados”, aconsejó.
También analizó la brecha cambiaria y dijo que la baja se debe a un factor estacional. “Si emito más de lo que la gente quiere tener de pesos, o pierdo reservas, o devalúo la moneda. Como hay cepo, acá la gente va al mercado paralelo. En el primer trimestre, bajó el déficit fiscal y la emisión, y se endeudaron en el mercado de pesos y eliminaron el excedente de pesos. Eso se está acabando, no puedo seguir de esa manera. Con los resultados fiscales de ayer, cumplimos con la meta del Fondo, pero hay un sospechoso ingreso de intereses de $120.000 millones a favor del Gobierno”, dijo.
“Cuando se mira el gasto, crece entre 65% y 80% con un fuerte aumento de subsidios económicos. El resultado de todo es que poco a poco el déficit empezará a subir y la brecha, subirá”, agregó.
Dolarización
“La Argentina es un sistema bimonetario, porque la unidad de cuenta y de ahorro es el dólar. Los pesos solo se usan en transacciones porque nos obligan. La inflación la medimos en pesos. En la década del 80, propuse la dolarización, pero en este momento es imposible, porque hay que tener suficientes reservas para respaldar la base monetaria y la deuda”, dijo.
“La convertibilidad se dio luego de una hiperinflación. En este momento no podemos dolarizar, pero podemos tener una economía bimonetaria y aplicar los principios económicos básicos como eliminar el déficit fiscal, estabilizar el tipo de cambio nominal y romper la indexación. Con eso se para la inflación y comienzo a dar confianza en el peso”, agregó.
Hiperinflación y plan Bonex
“Habrá híper solo cuando se escape el tipo de cambio oficial porque me quedé sin reservas. Lo actual es más parecido al ‘Rodrigazo’ que a las dos híper que le ocurrieron a Raúl Alfonsín y a Carlos Menem. La clave es restaurar la confianza. La confianza significa que me quiero quedar en la Argentina y que quiere invertir acá. Si tengo confianza, gasto e invierto. Si tengo desconfianza, me quiero ir, porque dejo de gastar y dejo de proteger lo que tengo”, comentó.
Con respecto al plan Bonex, dijo que “todo es posible” en la Argentina. “Uno de los problemas que tenemos son las pocas reservas contra muchos pasivos del Banco Central. Esta gestión, y ni con Néstor ni con Cristina, tocaron los depósitos en dólares. En este momento, las reservas netas líquidas son negativas, se usa plata del encaje. Ya reperfilamos la deuda en pesos en la Argentina. Sería una locura, pero todo es posible. No la veo por ahora, pero no descarto nada en el país”, advirtió.
El consejo de Grondona
“Hay una vieja frase de [Mariano] Grondona sobre la confianza y la desconfianza. Hay tres etapas: de corto, mediano y largo plazo. En el corto plazo, muevo los activos financieros; en el mediano, muevo los activos reales, y en el largo, muevo mi persona. Con relación a las inversiones, en el corto plazo me dicen ‘quédate piola para que te estafe con el control de cambios’. El argentino en ese momento toma la decisión de cubrirse aunque sea ilegal con los mercados paralelos. Por suerte en la Argentina aparecieron mercados legales y hay momentos donde un bono indexado me protege bien, aunque el acuerdo con el FMI dice que hay que bajar eso”, concluyó.
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