Terminan nueve años de oscurantismo en las estadísticas del Indec

La publicación del nuevo IPC del Indec representa un sano punto de inflexión luego de nueve años de oscurantismo estadístico. Siete ministros de Economía fueron cómplices, por acción u omisión, de las maniobras ordenadas por Néstor y Cristina Kirchner por medio del interventor de facto del Indec , Guillermo Moreno .

Se trató de Felisa Miceli, Miguel Peirano, Martín Lousteau, Carlos Fernández, Amado Boudou, Hernán Lorenzino y Axel Kicillof, que nada hicieron para frenar el verdadero apagón estadístico que sufrió el país desde enero del 2007.

Antes con el EMI, ahora el IPC y, desde septiembre, con el nivel de pobreza, la Argentina volverá a tener estadísticas propias de un país democrático. Y, al mismo tiempo, seguramente podrá resolver la inédita sanción aplicada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2013, que puso al kirchnerismo bajo la lupa que quería evitar.

Sería sano en términos institucionales si, en paralelo, avanzara la causa que tiene paralizada desde 2007 el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, por la manipulación de los datos públicos.

El resultado, menor al difundido previamente en forma extraoficial desde la Casa de Gobierno, pasará a ser escrutado en forma minuciosa por los especialistas, tanto como la metodología aplicada por el organismo que lidera Jorge Todesca .

La apuesta oficial era, más allá del número exacto, a exhibir un resultado alto, que pueda ser contrastado en los próximos meses con cifras más benignas.

En cualquier caso, el objetivo del equipo económico consiste en exhibir una inflación mensual cercana al 1,5% desde septiembre próximo.

Desde hoy, como explicó el ex director del Indec, Víctor Beker, el Gobierno y los economistas del sector privado ya podrán focalizar toda su discusión en torno de la manera de lograr un nivel de inflación más razonable, más allá del termómetro. Atrás, al menos en el plano estadístico, estaría quedando el país del jardín de infantes.