
Un remate con historia
Pagaron $ 75.867 por un auto incautado a Susana Giménez
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La sala en el tercer piso del Banco de la Ciudad de Buenos Aires estaba ayer repleta.
El Mercedes-Benz 500 SEC que perteneció a Susana Giménez fue rematado por orden judicial, pero ninguno de los famosos presentes se quedó con él, sino José Perruccio, un empresario de Comodoro Rivadavia.
No fue ni Pepe Parada, representante de actores, ni Flavia Miller, de quien se presume que mantuvo una relación amorosa con el ex marido de la Giménez Huberto Roviralta. Tampoco fue el cantante Miguel Angel Robles, ni un presunto enviado del conductor televisivo Lucho Avilés.
El nuevo propietario del auto es un mueblero de la ciudad de Comodoro Rivadavia, de 46 años, calvo y dueño de una nerviosa sonrisa.
Tras entrar en la pugna de precios sólo cuando la oferta era de 30.000 pesos, se quedó con el ex auto de la diva, al ofertar 57.000 pesos.
A esa cifra debe sumarse los $ 5700 que cobra por comisión la entidad bancaria, y el 21 por ciento de IVA sobre ambos valores. El total es de $ 75.867.
Tanto el banco, que donará $ 1710, cuanto la Administración Federal de Ingresos Públicos, que cobrará $ 57.000 destinarán estos fondos a las víctimas de las inundaciones.
Desconfianza
Ante la desconfianza general de los periodistas con respecto a la verdadera identidad del comprador, Perruccio aseguró que poseía desde hace 18 años una famosa mueblería en Comodoro Rivadavia denominada José Muebles, y que acostumbra comprar autos para sortearlos entre sus clientes.
Contó Perruccio que es su costumbre regalar automóviles en su negocio, y que ya había realizado un programa de cable en su ciudad en el cual sorteaba rodados. El empresario se negó a revelar públicamente a cuánto ascendían sus ingresos mensuales. Sólo respondió: "Los números están en la DGI".
Ante la pregunta de si los 75.867 pesos que deberá abonar -ya pagó ayer al contado una seña de $ 17.100- eran una buena inversión para promocionar su negocio, Perruccio dijo que era una apuesta "brillante".
A pesar de decir "quién no quiere tener algo de Susana en su casa, es una ídola total", afirmó que el Mercedes también lo sortearía. El comprador aseguró que "no se había fijado un tope para pagar, quizá sea un poco excesivo, pero es la emoción de tener algo de Susana", admitió.
Cómo fue la causa
El escándalo del ya famoso Mercedes-Benz 500 SEC que perteneció a Susana Giménez comenzó en noviembre de 1991, cuando el juez Enrique Lotero procesó a la diva por una presunta importación ilegal del auto.
La maniobra investigada consistía en el ofrecimiento de entre 500 y 1000 dólares a un discapacitado para que solicitara un certificado en la Dirección Nacional de Rehabilitación, y así poder beneficiarse con una ley que eximía de impuestos a esos autos importados.
El juez aceptó el pedido de eximición de prisión para Giménez, con una fianza de 10.000 pesos. A su vez, la conductora responsabilizó por la maniobra al empresario José Steimberg, que le había vendido el auto.
Dos meses después, el Mercedes fue encontrado en un establo, en un campo cercano a Pilar, propiedad del ex marido de la Giménez, Huberto Roviralta.
El juez Marcelo Aguinski la procesó por "ocultamiento de contrabando". El tiempo de prescripción del primer presunto delito cometido por Giménez fue interrumpido por el segundo. Tras ampliar su declaración indagatoria, quedó sobreseída en ambas causas. El auto, rematado ayer quedó anclado desde su secuestro en un depósito fiscal.





