
Ya gira la bola en el primer casino virtual de la Argentina
Lo opera un grupo correntino, con una licencia concedida por la provincia de Formosa
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La bola ya está girando en el primer casino virtual de la Argentina, una nueva modalidad de juegos de azar impulsada por el grupo Worest, compañía correntina dedicada a la explotación de salones de entretenimiento.
CasinoSur.com ofrece opciones de ruleta, baccarat, black jack, póquer, dados y tragamonedas para apostar en línea, y sale al ruedo con una licencia concedida por la provincia de Formosa.
El de los juegos de azar en Internet es un tema sensible para Lotería Nacional, organismo que monopoliza el control del juego en el país, a tal punto que ha entablado acciones legales contra El Sitio o LatinGame, por ejemplo, por promover las apuestas deportivas.
Pero los dueños de CasinoSur no temen que un posible reclamo congele su inversión de cuatro millones de dólares. Asesorados por un cuerpo de abogados, sostienen que la facultad de otorgar licencias para el funcionamiento de casinos es una atribución de los provincias y no de la Nación. De hecho, el gobierno de Formosa percibirá casi el 10% de todos los ingresos generados por el sitio de juegos.
El grupo inversor tiene vínculos con la provincia desde 1994, cuando se adjudicó una concesión para explotar por 30 años "bingos, tragamonedas y casinos en cualquiera de sus modalidades", según la letra del pliego que establece las reglas de juego. Así, la gente de Worest ya tiene salas en las ciudades de Formosa, Clorinda, Pirané y El Colorado, y ahora suma a su portafolio la opción de CasinoSur.
Los casinos virtuales y los sitios con contenidos sexuales son actualmente dos de las opciones de negocios más redituables en Internet. Se estima que existen en la Red alrededor de 500 salones de juegos. La mayoría tiene su domicilio legal radicado en paraísos fiscales y sus servidores están instalados en islas como Antigua o Caimán para escapar de las regulaciones de los países que restringen el juego y eludir el pago de impuestos.
Lo que distingue a CasinoSur es que no se trata de una empresa fantasma: sus equipos están alojados en Formosa, tiene oficinas en Puerto Madero y dispone de una línea telefónica 0-800 para atender consultas y asistir a los ganadores de premios.
Porfirio Aquino, el CEO de Casino Sur, afirma que la empresa está interesada en garantizar un ciento por ciento de transparencia a sus apostadores. "Para facilitar los cobros, vamos a pagar con cheques de bancos locales", dice.
Para acceder a su menú de 25 juegos, lo primero que hay que hacer es descargar un software, en un procedimiento que demanda alrededor de una hora. Otra alternativa es pedir el envío gratuito de un CD con los programas.
Para apostar hay que disponer de una tarjeta de crédito internacional, aunque también se pueden realizar transferencias bancarias a nombre de Cryptologic, empresa canadiense -socia en el emprendimiento- que brinda soporte tecnológico y servicios de e-cash.
Si de ruleta se trata, la apuesta más chica es de un peso por bola y la más alta no puede superar los cien. Para el black jack, el mínimo son cinco pesos.
En cuestión de de tragamonedas, las fichas más baratas cuestan 50 centavos.
Aquino sostiene que los programas devolverán el 97 por ciento de lo apostado y que se podrá ganar hasta 30.000 dólares en una jugada.
El grupo propietario de esta sala de juegos virtuales también controla los casinos que funcionan en el cerro Catedral y en el aeropuerto de Bariloche, en la provincia de Río Negro. Además, opera agencias de turismo que organizan viajes para jugadores y tiene intereses en empresas de gastronomía. Durante 1999 facturó US$ 15 millones.
En el mercado de las apuestas virtuales, la mayoría de los usuarios gasta entre 300 y 400 dólares por mes. El tiempo de conexión promedio, cada vez que deciden jugar, es de una hora y media. La mayoría son hombres de entre 25 y 40 años.






