Arde Valparaíso: un incendio fuera de control ya dejó 11 muertos
Los bomberos luchaban anoche contra el fuego, que por el viento se propagó a varios cerros de la ciudad; hay más de 10.000 evacuados y 1000 casas destruidas por las llamas
VALPARAÍSO.- Por lo menos 11 muertos, más de 1000 casas quemadas y 10.000 evacuados ya dejó el incontrolable incendio forestal que se extendió hasta las zonas habitadas y que arrasó con varios cerros del puerto de Valparaíso, en lo que ha sido catalogado como la peor tragedia de su historia.
Las imágenes que podían verse ayer en los cerros del principal puerto chileno eran lo más parecido al infierno que los devastados vecinos habían visto en sus largas y golpeadas vidas, mientras los marinos tomaban el control de la ciudad después de que la presidenta Michelle Bachelet decretó el estado de catástrofe en la zona, que anoche todavía se veía afectada por las llamas.
La sequedad del aire, una temperatura ambiente superior a los 30 grados, los fuertes vientos y la inaccesibilidad de las tomas y villas de emergencia que pululan en la parte alta de la ciudad complotaron contra el trabajo de los bomberos en los cerros Merced, La Cruz, El Vergel, Las Cañas, La Virgen y Ramaditas, dejando casi 800 hectáreas completamente consumidas por el fuego.
Visiblemente afectada, Bachelet encabezó ayer por la mañana un comité de emergencia en la intendencia de Valparaíso, tras lo cual realizó un dramático balance de la tragedia.
"Es tal vez el peor incendio en la historia de Valparaíso y todos sabemos muy bien el impacto que esto está teniendo en la vida de tantos. La cifra de muertos podría aumentar (?) Creo que la gente de Valparaíso tiene coraje, tiene fuerza, y no están solos", dijo Bachelet.
"Esto parece una bomba nuclear. No quedó nada", describía un desesperado vecino. Otros se quejaban de que los bomberos no atendieron oportunamente la emergencia, mientras numerosos animales -perros, gatos, cerdos, gallinas y caballos- mostraban groseras quemaduras en sus pelajes o, directamente, morían carbonizados.
"El desastre es tremendo. Muchas personas no alcanzaron a sacar sus cosas de los hogares y fue muy difícil la evacuación", relató el jefe de la quinta zona de Carabineros, Julio Pinera.
Durante las últimas 48 horas, más de 20 helicópteros y aviones cisterna luchan denodadamente, y sin tregua alguna, contra las llamas junto con unos 3500 efectivos de brigadas forestales, bomberos, policías, militares y marinos.
"Cuando llegué a mi casa, el fuego se propagó como una lengua que ardía. Mis niños estaban ahí y no querían salir. Los saqué y bajamos el cerro. No alcanzamos a salvar nada (?) caían carbones encendidos que parecían meteoritos. En el camino vimos a los animales. Los chanchos venían prendidos y los patos aleteaban", relató otra conmocionada mujer.
Cientos de damnificados fueron trasladados hasta los colegios y centros deportivos habilitados como albergues. Las reclusas de la cárcel de la ciudad fueron derivadas hasta los estadios de Valparaíso y de Quillota, en tanto los cortes de agua y de luz se sucedían durante todo el día.
De acuerdo con testigos, las explosiones de garrafas de gas y las sirenas de los autobombas fueron la tónica durante toda la noche. "Se escuchaban como bombazos", dijeron.
La ira de los afectados apuntó directamente contras las autoridades. Pese a que se dio a conocer que el incendio comenzó alrededor de las 16 del sábado, minuto en el que reaccionaron los cuerpos de bomberos de la zona, muchos de los vecinos aseguran que éste se inició por lo menos dos horas antes.
Al mismo tiempo, se dan casos como el del cerro La Cruz, que con éste ya sumó tres incendios en poco tiempo, cuyos grifos increíblemente no tenían agua.
Por la tarde de ayer volvieron a reactivarse distintos focos de fuego en el sector de Rodelillo, Ramaditas y Mariposas. LA NACION constató en el terreno cómo las llamas devoraron por lo menos dos casas, mientras los vecinos mojaban sus viviendas con mangueras y baldes. Otros, de edad avanzada, se negaban terminantemente a abandonar sus hogares, pese a las súplicas de los voluntarios y bomberos para que lo hicieran.
Ayer, y durante los últimos dos días, el cielo de Valparaíso ha sido una gran columna de humo, que incluso imposibilita ver el mar. Numerosos helicópteros arrojaban agua sobre las llamas sin conseguir su objetivo de aplacar los constantes rebrotes.
En el sector de La Ruda, chicos, jóvenes, hombres y mujeres salían de sus casas cargando colchones, televisores y todo lo que pudieran llevar consigo.
Las autoridades decidieron suspender el tránsito hacia la costa por la ruta que une Santiago con Valparaíso. De la misma forma, se cortó el agua en otras zonas del puerto y Viña del Mar para privilegiar la presión en los sectores siniestrados.
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