
Carrera contra reloj en Italia para hallar más sobrevivientes
Los socorristas intentan encontrar a las 23 personas que aún están desaparecidas por el alud que arrasó un hotel; desesperación de los familiares
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ROMA.- Si anteayer fue el día del alivio, de la esperanza y del milagro con el salvataje de nueve personas, ayer fue el día de la angustia. En condiciones meteorológicas extremas, los socorristas trabajaban contra reloj, entre el hielo, ruinas y rocas, para localizar a las 23 personas aún desaparecidas en las entrañas del hotel Rigopiano, arrasado por un alud el miércoles pasado.
Luego del rescate de cuatro personas y la extracción de tres cuerpos, con el pasar de las horas ya no llegaban señales de vida. El balance provisional de la catástrofe -ocurrida a 1200 metros de altura, a los pies del Gran Sasso- era de nueve personas extraídas vivas, cinco muertos confirmados y 23 desaparecidos.
Para localizar a las personas, además de perros adiestrados, los socorristas usan tecnologías sofisticadas. Algunas intentan captar las señales de los celulares de los desaparecidos. Los bomberos también cuentan con microcámaras llamadas "snake-eye", que insertan en pequeños tubos que hacen pasar entre los escombros. "Seguiremos adelante siempre, hasta que no los encontremos a todos, con vida o sin vida. Hay familias que esperan", dijo Alberto Maiolo, jefe de los bomberos.
Los rescatistas trabajaban en torno del agujero que abrieron en la masa de nieve del área de la pileta del Rigopiano, en la zona que da hacia el valle, la única del establecimiento no completamente sepultada por la avalancha. Ésta fue probablemente causada por los cuatro terremotos superiores a los 5° en la escala de Richter que volvieron a sacudir el centro de Italia el miércoles, justo en medio de nevadas excepcionales en la zona. El camino que lleva a los socorristas hacia los sobrevivientes es una suerte de alcantarilla en el hielo. Fue localizada, según explicaron los socorristas, al estudiar los mapas del hotel y con la ayuda de quien conoce el lugar. Todo esto, en condiciones adversas. De hecho, ayer volvió a nevar en Farindola, algo que hizo crecer el temor a que la masa de nieve acumulada provoque ulteriores derrumbes sobre quienes siguen atrapados en el hotel, o quienes trabajan para rescatarlos.
Italia sigue en vilo la tragedia. Si anteayer todo el mundo celebró el reencuentro de Giampietro Parete -el cocinero de 38 años que se salvó del desastre porque había salido a buscar algo al auto, y que luego dio la voz de alerta-, con su mujer y sus dos hijos, de 8 y 6 años, ayer había angustia. No sólo por los 23 desaparecidos y sus familiares, cada vez más desesperados, sino también por las historias de los sobrevivientes.
Dos de los cuatro chicos salvados aún tienen a sus padres atrapados entre los escombros. Giampaolo Matrone, romano de 34 años, que fue rescatado en la madrugada y que sometido a una intervención quirúrgica en un brazo, perdió a su mujer, Valentina Cicioni.
Martone contó que se quedó mano con mano con ella hasta que los bomberos lo salvaron. "Le apretaba la mano y le hablaba para mantenerla despierta, porque quería que se mantuviera siempre alerta. La llamaba, hasta que en un momento no la oí más y entendí que me estaba dejando", relató. Junto a él, también contó, había otra mujer que no daba señales de vida.



