Chávez, desafiado
CARACAS.- La capital venezolana respiraba ayer tranquila y apenas dejaba entrever que hoy se celebran unos comicios legislativos que marcarán el regreso de la oposición a la Asamblea y que serán un punto de inflexión en la revolución bolivariana de Hugo Chávez, quien hizo de las elecciones un nuevo referéndum sobre su proyecto socialista, que saldrá fortalecido, debilitado o herido de muerte.
Aunque las últimas encuestas revelan una leve diferencia a favor del oficialismo, el proyecto hegemónico que defiende Chávez se verá obligado a convivir con el bloque opositor en la Asamblea Nacional, que recuperará su pluripartidismo después de haber sido durante cinco años nada más que una caja de resonancia de la voluntad del mandatario.
Como todo en Venezuela desde 1998, la campaña legislativa también giró en torno de Chávez, que se puso al frente de los principales actos de campaña del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y a su vez fue el blanco de todos los ataques de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el frente común que por primera vez logró gestar la oposición.
El presidente, desgastado por una crisis económica que se agrava y una inseguridad galopante, busca respaldo en las urnas para radicalizar su proyecto socialista.
"Haré todo el esfuerzo para garantizar la profundización, la ampliación de la revolución, del socialismo, que es la democracia verdadera -ha dicho Chávez a lo largo de la campaña-. En el capitalismo la democracia es una farsa... es una dictadura de los ricos contra los pobres."
"No podemos permitir que los peones de la burguesía regresen a la Asamblea, ellos intentarán herir de muerte la revolución´´, advirtió el presidente, que por su elevada presencia en la carrera electoral proyectó la imagen de un candidato que pone en juego la presidencia en las urnas.
El chavismo, un bloque monolítico que se organiza en torno de su líder, se encolumnó una vez más detrás del presidente, que advirtió a sus seguidores que una victoria opositora podría significar el fracaso de los programas dirigidos a los pobres, que suman el 60 por ciento de la población y conforman la columna vertebral del electorado chavista.
Acosados por una inflación acumulada del 30% en un año y embarcados en la única economía de la región -junto con la de Haití- que no crecerá en 2010, los más desfavorecidos de la sociedad venezolana dependen en una enorme medida de los programas del gobierno. Mediante las misiones sociales, Chávez generó una fuerte dependencia entre los más pobres y, según la oposición, la inevitable retribución a la hora de votar. Para esta elección, entre otras promesas, el mandatario hasta anunció la venta de electrodomésticos chinos a mitad de precio.
La oposición, que volverá a la Asamblea después del muy criticado boicot a los comicios legislativos de 2005, busca capitalizar el descontento y las frustraciones de un vasto sector de venezolanos que ven a Chávez, cuya reconocida fuente de inspiración se encuentra en La Habana, como la punta de lanza para la instalación definitiva del comunismo en su país.
Alarmados ante la posibilidad de una radicalización del modelo, la oposición criticó con dureza la tendencia hegemónica del gobierno, en particular su ofensiva contra los medios de comunicación privados, que generó un fuerte rechazo internacional, y la ola de expropiaciones que no detiene su marcha.
Según datos de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), en lo que va del año el gobierno se ha apoderado de 174 empresas, de las cuales 129 están vinculadas con el sector de los hidrocarburos. Tan solo en los ocho primeros meses de 2010, el número de embestidas contra la propiedad privada comercial en Venezuela aumentó un 923,5 por ciento respecto del año 2007, cuando Chávez había nacionalizado por decreto un total de 17 compañías.
Las nacionalizaciones han costado al Estado venezolano unos 30.000 millones de dólares, lo que supone el 11 por ciento del Producto Interior Bruto (PBI), según datos divulgados por el economista Asdrúbal Oliveros, de la organización privada Ecoanalítica.
Una serie de apagones, racionamientos de agua y la revelación sobre miles de toneladas de alimentos importados por el gobierno y echados a perder son el reflejo, según destacó la oposición, de la incapacidad del Estado para gestionar áreas estratégicas de la economía.
La reciente ofensiva contra Globovisión, el único canal opositor que queda en el aire, volvió a encender además las señales de alarma sobre un gobierno que pretende controlar con mano dura los medios. En julio pasado, el gobierno pasó a controlar casi el 48,5% de las acciones de la emisora.
La inseguridad es otra de las principales preocupaciones de los venezolanos y alcanzó cifras alarmantes este año: según datos del Observatorio Venezolano de Violencia, Caracas se ha convertido en la ciudad más violenta de América latina y entre 1998 y 2009 los homicidios pasaron de 4550 a 16.047.
Para imponerse en las urnas, la MUD deberá sortear un polémico sistema electoral (ver aparte) y confiar en la participación de sus seguidores, tradicionalmente más abstencionistas que los movilizados chavistas. "La oposición critica pero no vota. El chavismo sí, y por eso gana", dijo a LA NACION Omar Fernando Lara, un vendedor ambulante que desde 1998 vota por Chávez.
La oposición espera repetir la victoria del referéndum de 2007, cuando impidió, por una pequeña diferencia, que Chávez aprobara un paquete de reformas, incluyendo la reelección indefinida, que, finalmente, fue aprobada en otra consulta, en 2009. "Queremos una Venezuela en paz, libre, democrática y plural", comentó la líder opositora Delsa Solórzano.
Se estima además que hoy será decisivo el voto de los llamados "ni-ni", que representan un tercio del electorado y que, ni están a favor de Chávez ni de la oposición y serán los encargados de definir estos comicios en los que los núcleos duros del chavismo y del antichavismo son inamovibles desde hace años.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) instaló 36.563 mesas que funcionarán en las 87 circunscripciones, entre las 6 y las 18 (7.30 y 19.30 hora argentina), lapso que se prolongará donde existan electores en fila para votar, todo ello bajo la vigilancia de 250.000 militares. Se prevé que la divulgación de los resultados comenzará unas dos horas después del cierre de la votación y sólo cuando la tendencia sea irreversible.
La presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, Luisa Estela Morales invitó a los venezolanos a que "concurran masivamente" a votar, a pesar de las lluvias que afectan Caracas y el litoral central, que en las últimas 48 horas dejaron ocho muertos, ocho desaparecidos y cuantiosos daños, aunque, según las autoridades, no han afectado la logística de los comicios.
LOS TRES POSIBLES ESCENARIOS
El chavismo, con mayoría calificada
El oficialismo tiene como objetivo lograr al menos dos tercios de los escaños para mantener su poder intacto, que le permitió dotar de cuerpo normativo a su proyecto socialista durante cinco años de total dominio parlamentario.
Radicalizar el proceso
Para Chávez, una victoria así sería un espaldarazo para radicalizar el proceso hacia el "socialismo del siglo XXI".
Además, un triunfo contundente incrementaría la popularidad del presidente para impulsar su carrera por la reelección presidencial en 2012, luego de ver descender sensiblemente su respaldo por la crisis económica y las fallas de la gestión del gobierno.
Mayoría del chavismo, un tercio de la oposición
La oposición aspira a lograr por lo menos un tercio de los escaños, dejando al chavismo con mayoría simple; ello le permitiría a la oposición vetar las reformas de mayor alcance, como leyes orgánicas y el nombramiento de los poderes públicos.
Un paso insuficiente
Aunque sería un enorme avance cuantitativo y cualitativo respecto de 2005, cuando la oposición se quedó sin representación por un boicot electoral, analistas dudan de que un resultado así realmente pueda frenar el proyecto socialista de Chávez, quien tiene a su favor los poderes del Estado y el manejo de los influyentes recursos del petróleo.
La oposición, con mayoría calificada
De producirse este resultado –a esta altura, improbable– se abriría un período de incertidumbre. Chávez trataría de quitarle poder a la Asamblea General en favor de los consejos comunales, aprovechando su dominio parlamentario hasta fin de año.
Impulso de cara a 2012
Un escenario más probable es que la oposición supere en cantidad de votos al chavismo, aunque logre menos escaños en el Parlamento. Así, el oficialismo seguiría con el dominio del legislativo, pero la oposición recibiría un fuerte impulso político para afrontar los comicios presidenciales de 2012, en los que podría terminar con el dominio chavista.
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