Crecen las críticas en la región por la política exterior de Chávez
Fuerte respuesta de Bolivia por su advertencia sobre un golpe contra Evo Morales
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CARACAS.- Un día después de que la crisis diplomática entre Lima y Caracas alcanzara un peligroso pico, con el intercambio de duras acusaciones entre ambos gobiernos, ayer creció la polémica en Bolivia por las controvertidas declaraciones del presidente venezolano, Hugo Chávez, en las que advirtió sobre un posible golpe de Estado en La Paz.
De esta forma, los gobiernos de Lima y La Paz sumaron sus críticas contra Chávez, a quien acusan de interferir en sus asuntos internos, en una guerra verbal que tiene como trasfondo las supuestas pretensiones de liderazgo continental del mandatario venezolano, en oposición a la influencia de Estados Unidos en la región.
En Bolivia, las declaraciones de Chávez en el sentido de que Estados Unidos estaría conspirando y buscando "golpistas" contra el presidente electo Evo Morales provocaron un terremoto político. "No somos parte de ningún protectorado", dijo el presidente Eduardo Rodríguez. "Somos un país pacífico, soberano, (...) no necesitamos a nadie para decirnos cómo debemos conducirnos", indicó Rodríguez. "No acepto que el presidente venezolano mencione a militares bolivianos en afanes golpistas. Que dé nombres", dijo, por su parte, el jefe del ejército, general Marcelo Antezana.
En el año que pasó, la presencia de Chávez fue notoria en la campaña electoral de Bolivia, que terminó con el triunfo de Morales, un aliado cercano al proyecto bolivariano. Fueron numerosas las denuncias sobre el supuesto apoyo financiero de Caracas al líder cocalero.
La tensión con Bolivia se produce mientras Chávez enfrenta un ríspido conflicto diplomático con Perú por la supuesta intromisión del venezolano en la campaña electoral peruana (ver aparte).
Según los analistas, el exceso de barriles de petróleo ha convertido a la política exterior del mandatario bolivariano en una materia inflamable, que, así como suma aliados de influencia regional, crea permanentemente conflictos diplomáticos. En el último año, Chávez hizo que florecieran por igual las alianzas y los desacuerdos diplomáticos, al poner en marcha una política que no acepta matices.
Chávez terminó 2005 felicitándose por el resonante éxito de su aliado Morales y con un distanciamiento de su par mexicano, Vicente Fox. Ahora empieza 2006 tomando distancia del presidente peruano, Alejandro Toledo, mientras que profundiza la alianza con su colega argentino, Néstor Kirchner.
En el año que pasó, Fox tuvo que soportar los duros calificativos de Chávez después de la Cumbre de las Américas. El venezolano acusó a Fox de ser un "cachorro del imperio" por su respaldo al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA). El desacuerdo fue tal que ambos países retiraron a sus embajadores y mantienen congeladas las relaciones.
Los vínculos con su par colombiano, Alvaro Uribe, tampoco son los mejores. Hace un año, Chávez congeló el comercio con Colombia tras protestar airadamente por la detención en Caracas de un líder guerrillero por fuerzas colombianas.
Ni el presidente chileno, Ricardo Lagos, escapó a los exabruptos verbales de Chávez, que lo llamó "mentiroso" por supuestamente no decir la verdad en torno a las pretensiones de una salida marítima para Bolivia.
"Esta es una diplomacia sin reglas, con insultos permanentes y eso lo que hace es aislar a Venezuela", dijo el ex embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, Milos Alcalay, que señaló que la dialéctica de confrontación de Chávez rompe todas las reglas diplomáticas vigentes desde la Segunda Guerra Mundial.
Por otro lado, Chávez ha logrado conformar una alianza sólida con Kirchner, quien decidió desprenderse de la deuda con el Fondo Monetario Internacional gracias al apoyo financiero de Caracas, mientras que con el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, ha emprendido millonarios proyectos energéticos, así como con el uruguayo Tabaré Vázquez.



