Cuba celebra el primer congreso comunista sin Fidel al frente
El partido único deberá refrendar las reformas económicas propuestas por Raúl Castro
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Con nueve años de retraso, Cuba celebra este fin de semana el VI Congreso del gobernante Partido Comunista (PCC), el primero sin Fidel Castro al frente de la organización y el último encabezado por la denominada generación histórica de la revolución, "por ley de vida", en palabras del presidente Raúl Castro.
Además del último congreso de los barbudos de Sierra Maestra, será también el congreso de las reformas económicas y de la rectificación. Será, en definitiva, el congreso de Raúl.
Desde que asumió el poder de forma permanente, en febrero de 2008, Raúl Castro fue implantando, a paso de tortuga, pequeñas reformas para tratar de dinamizar la maltrecha economía cubana. Meses antes, en julio de 2007, en un discurso que quedó ya como una suerte de "manifiesto raulista", el general, de 79 años, se refirió por primera vez a la necesidad de afrontar "reformas estructurales y de concepto". Pero la principal reforma aprobada -la entrega de tierras ociosas en usufructo a campesinos y cooperativas agrícolas- apenas tuvo impacto económico por las trabas burocráticas que contemplaba.
Apremiado por la grave crisis económica que sufrió la isla a partir de 2009, y que algunos economistas cubanos llegaron a definir como un "segundo Período Especial", en referencia a la hambruna de los años 90, Raúl Castro decidió que era el momento de dar un golpe de timón en el modelo económico, prácticamente inalterado durante cinco décadas.
"Tenemos el deber elemental de corregir los errores que hemos cometido en estas cinco décadas de construcción del socialismo en Cuba. O rectificamos o nos hundimos", advirtió Raúl ante el Parlamento en diciembre pasado.
Un mes antes, el gobierno cubano perfilaba en un documento de 32 páginas las líneas maestras de su política económica y social. Por primera vez, el régimen asumía por escrito que las reformas implicarían la eliminación de más de un millón de puestos de trabajo en las empresas estatales. Además, se daba luz verde a una de las principales demandas de los cubanos: el impulso al trabajo por cuenta propia.
Desde que en 1975 se celebró el primer congreso del PCC, el máximo cónclave del partido ha servido para trazar las políticas económicas y de defensa del país para un quinquenio. En el último congreso, celebrado en octubre de 1997, el Buró Político dio el visto bueno a las reformas económicas emprendidas por el régimen cuatro años antes, en pleno Período Especial.
A regañadientes, Fidel, como primer secretario del partido, aceptó como mal menor la entrada en circulación del dólar, la llegada de capital extranjero a la industria turística y la irrupción del "cuentapropismo" en la isla. Fue entonces cuando Raúl salió de la alargada sombra de su hermano y dio un paso al frente con aquel adagio tan criollo: "Antes los frijoles que los cañones".
Ahora, el VI Congreso del PCC, que reunirá a partir de mañana y durante tres días a unos 1000 delegados, deberá bendecir las medidas que el régimen puso en marcha a principios de año. El proceso de "eliminación de plantillas infladas" (500.000 empleos este año y 1,3 millones, en total) marcha con retraso y el partido debería marcar los ritmos y las prioridades.
Por otra parte, la ampliación del trabajo por cuenta propia en 178 nuevas actividades cosechó algunas críticas por la excesiva burocratización a la hora de conceder licencias. Desde octubre, el gobierno otorgó 171.000 nuevas licencias, con lo que la isla cuenta ya con 300.000 "cuentapropistas", una cifra lejana todavía a la previsión que el propio régimen fijó para 2015, cuando unos cinco millones de cubanos (el 50% de la fuerza laboral) deberían estar insertados en la iniciativa privada. Además, el congreso refrendará la descentralización agrícola, la eliminación de subsidios y la apertura al capital extranjero.
El PCC también debería nombrar al sucesor de Fidel Castro como primer secretario. Hace unos días, el líder cubano reveló por primera vez que ya renunció a ese cargo, aunque en el sitio web del PCC todavía figura al frente del único partido político permitido en la isla.
LOS CAMBIOS
- Reajuste laboral. El régimen quiere desprenderse de más de un millón de puestos de trabajo en las empresas estatales. En enero se inició el proceso de reajuste, que este año prevé la baja de unos 500.000 trabajadores.
- Cuentapropismo. Desde octubre se concedieron 171.000 licencias de trabajo por cuenta propia, ampliado en 178 actividades. El gobierno espera que, en 2015, la mitad de los trabajadores pertenezcan al sector privado.
- Reforma agrícola. Se agilizará el sistema de comercialización de los productos. Cuba tiene un 40% de tierras cultivables ociosas y se busca acelerar la entrega de hectáreas en usufructo a campesinos privados.
- Eliminación de subsidios. El régimen quiere que desaparezca de forma gradual la libreta de racionamiento y otros beneficios sociales, como los subsidios en comedores de empresas estatales y en el transporte público.
- Apertura al capital extranjero. El gobierno de Raúl Castro pretende fomentar la entrada de capitales extranjeros en el sector turístico y petrolero y en las industrias exportadoras de la isla (biotecnología y níquel, principalmente).
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