EE.UU. cruza la frontera para combatir a los narcos
El FBI y la DEA tienen cada vez más injerencia dentro de México
CIUDAD DE MEXICO.- Con los narcos mexicanos en el hall de su casa, Estados Unidos decidió saltar al patio trasero del vecino e involucrarse activamente en la lucha contra el crimen organizado.
"No vamos a tolerar este tipo de maleantes allá afuera usando sus armas como si estuvieran en el salvaje oeste: vamos a ir tras ellos", advirtió un responsable de la DEA, la agencia antidrogas norteamericana, luego de que esta semana una operación encubierta para arrestar a unos supuestos Zetas terminara en un sangriento tiroteo en el condado de Harris, en Texas.
La colaboración norteamericana con el presidente mexicano, Felipe Calderón, va más allá de la provisión de fondos y material contemplada en el llamado Plan Mérida. El FBI y la DEA también participan en la investigación de los antecedentes de los aspirantes a ser policías en la fronteriza Ciudad Juárez, la localidad más violenta del mundo.
Esa fuerza de seguridad fue reestructurada varias veces, ante la incapacidad de encontrar personal de confianza para acabar con los carteles que se disputan la plaza: el de Sinaloa y el de Juárez.
Hasta ahora, sólo superó las pruebas medio centenar de aspirantes de 1500. A partir de enero, los seleccionados, la mayoría con título universitario, permanecerán seis meses en la Academia de Policía.
La presencia sobre el terreno de funcionarios norteamericanos incluye, según The New York Times, el despliegue de una red de informantes en varias de las organizaciones más poderosas de México, y la colaboración con las autoridades mexicanas para capturar o matar a docenas de capos de alto nivel.
Según este diario, México no está habitualmente al tanto de las informaciones que manejan los infiltrados, por el temor de Estados Unidos a la corrupción de la policía mexicana y porque las leyes locales prohíben a ciudadanos extranjeros realizar este tipo de tareas.
Topos
Uno de los presuntos "topos" sería quien, supuestamente, fue contactado por el iraní Mansour Arbabsiar para asesinar al embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos con ayuda de Los Zetas. Otro supuesto contacto sería Jesús Vicente Zambada, "el Vicentillo" (hijo del número dos del cartel de Sinaloa, Ismael Zambada, alias "el Mayo"), a través del abogado Humberto Loya-Castro. Este letrado sería una suerte de doble agente al servicio de Joaquín Guzmán, "el Chapo", y de la DEA.
Según la defensa de Zambada, los funcionarios norteamericanos se involucraron en una conspiración con el cártel de Sinaloa y sabían que la información que les suministraba Loya-Castro procedía de "el Chapo", "el Mayo" y "el Vicentillo". Este tipo de acuerdos ya fueron empleados en Colombia para capturar a Pablo Escobar, según aseguró el ex jefe de la DEA Robert Bonner.
Meses atrás, los cables diplomáticos publicados por WikiLeaks develaron las reiteradas peticiones de la administración mexicana a sus pares de Estados Unidos para que colaboraran en la lucha contra el narcotráfico. Los cables de la embajada en Ciudad de México también reflejaban el escepticismo de Estados Unidos ante la estrategia de Calderón de enfrentar a los carteles con las fuerzas armadas. Según esas filtraciones, existirían "tensiones" entre la armada y el ejército por los éxitos de los marinos y los errores y abusos de los soldados.
Las operaciones encubiertas de Estados Unidos no siempre fueron exitosas. El mayor fracaso de los últimos tiempos fue la operación Rápido y Furioso. Este plan permitió que unas 2000 armas llegaran a manos de las bandas criminales, después de que el Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) permitiera su tráfico irregular con el fallido fin de seguirles la pista y conducirlos hasta altos mandos del narcotráfico.
De acuerdo con el congresista norteamericano Darrell Issa, más de 200 mexicanos murieron por las armas involucradas en este operativo, que puso en peligro a funcionarios y ciudadanos de ambos países. El fiscal general norteamericano, Eric Holder, niega su responsabilidad en el asunto, mientras que el gobierno de México asegura que no estaba enterado de esta estrategia.
Calderón responsabiliza de la violencia a Estados Unidos, por no controlar el consumo de drogas de sus ciudadanos ni adoptar medidas para frenar el contrabando de armas y dinero que acaba en manos de los carteles. La guerra contra el narcotráfico se cobró unas 45.000 vidas durante los últimos seis años. A su vez, el acoso a los delincuentes se tradujo en aumentos de los precios de la cocaína en Estados Unidos (un 87% más cara desde 2007) y en una pérdida de calidad de esta droga.
REVELACIONES DEL CRIMEN DE GUADALAJARA
CIUDAD DE MEXICO (DPA).- Las 26 personas que fueron encontradas muertas anteayer en tres vehículos en Guadalajara fallecieron por asfixia y golpes severos en el cráneo, informó ayer el fiscal de Jalisco, Tomás Coronado. El funcionario indicó que cuatro de los presuntos responsables del crimen, que se sospecha que fue obra del cartel narco Los Zetas por un ajuste de cuentas contra el de Sinaloa, fueron captados por cámaras de vigilancia en la zona donde estaban estacionados los vehículos. El fiscal dijo que las autoridades habían identificado a 14 de las víctimas, de las cuales seis tenían antecedentes penales.
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