El Ejército sirio admite que las milicias jihadistas dominan “amplias partes” de la segunda ciudad del país
Las facciones rebeldes se hicieron fuertes en Aleppo desde el ataque relámpago contra la ciudad a mitad de semana; aviones rusos bombardean sus posiciones
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DAMASCO.- Tras años de silencioso repliegue, la violencia de las milicias jihadistas volvió a estallar en Siria, donde facciones armadas insurgentes pasaron a dominar “amplias partes” de Aleppo, la segunda ciudad del país, según admitió este sábado el Ejército sirio.
“Decenas de hombres de nuestras fuerzas armadas murieron y otros resultaron heridos” cuando las “organizaciones terroristas lograron penetrar en amplias partes de barrios de la ciudad de Aleppo”, indicó el Ejército, que detalló que los combates abarcaron “un tramo de más de 100 kilómetros”, con un saldo de más de 300 muertos.
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) reportó por su parte que una agrupación Hayat Tahrir al Sham (HTS) y facciones aliadas tomaron “el control de la mayor parte de la ciudad, y de edificios gubernamentales y prisiones”.
La OSDH, un ONG con sede en Londres y una amplia red de informantes en el terreno, explicó que por la noche “aviones de guerra rusos lanzaron incursiones en zonas de la ciudad de Aleppo por primera vez desde 2016″.
Rusia lleva horas efectuando ataques sobre posiciones rebeldes en el país para intentar detener una ofensiva que el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, describió el viernes como “un ataque a la soberanía siria”. “Estamos a favor de que las autoridades sirias restablezcan el orden constitucional lo más rápido que sea posible”, afirmó el vocero.
El régimen del presidente Bashar al-Assad recuperó en 2015 el control de gran parte de Siria, gracias al apoyo militar de Rusia, Irán y del movimiento libanés Hezbollah. En 2016, Al-Assad restableció su autoridad en Aleppo, que fue objetivo de masivos bombardeos desde que estalló la guerra civil en Siria en 2011.
Pero todavía hay amplios sectores del territorio que escapan a su control: Hayat Tahrir al Sham, una alianza jihadista liderada por la antigua filial siria de Al Qaeda, controla partes de la región de Idlib, en el noroeste de Siria, y también porciones de las vecinas provincias de Aleppo, Hama y Latakia.
Los rebeldes emprendieron una ofensiva relámpago contra las fuerzas del régimen de Assad el miércoles, coincidiendo con la entrada en vigor de un frágil alto el fuego en el vecino Líbano entre Israel y el movimiento Hezbollah después de dos meses de guerra abierta.
El OSDH elevó el balance de muertos desde el miércoles a 327, entre combatientes de Hayat Tahrir al Shams y sus grupos aliados; soldados sirios y otras milicias progobierno, y decenas de civiles.
Medios oficiales sirios reportaron que cuatro civiles murieron cuando Hayat Tahrir al Sham bombardeó una residencia de estudiantes en Aleppo, antes del comunicado sobre las bajas del Ejército.
“Por primera vez desde hace cerca de cinco años, escuchamos cohetes y artillería todo el tiempo y a veces aviones”, contó Sarmad, un habitante de Aleppo, de 51 años. “Tenemos miedo de que se repita el escenario de la guerra y que nos veamos obligados a huir”, añadió.
Festejos jihadistas
Un corresponsal de AFP vio a grupos de rebeldes festejando en Aleppo el viernes por la noche. Otro vio a combatientes insurgentes frente a la emblemática ciudadela de la localidad.
El Observatorio señaló que “el gobernador de Aleppo y los jefes de la policía y la seguridad se retiraron del centro de la ciudad”. Según el OSDH, los jihadistas y sus aliados conquistaron unos 70 pueblos y aldeas del norte del país.
El director del Observatorio, Rami Abdel Rahman, afirmó que no encontraron una gran resistencia en Aleppo. “No hubo combates, no se disparó ni un solo tiro, pues las fuerzas del régimen se retiraron”, señaló.
Decenas de miles de civiles emprendieron la huida desde Aleppo hacia las zonas rurales de Idlib, según informó el periódico The Express Tribune, con sede en Pakistán. La fulminante ofensiva “recuerda hasta qué punto el régimen es débil”, señaló el analista Aaron Stein, quien destacó que “la presencia rusa [en Siria] se redujo considerablemente”.
Para Dareen Khalifa, experta en el International Crisis Group, la operación se había preparado meses atrás. “Fue presentada como una campaña defensiva frente a la escalada del régimen” pero HTS y sus aliados “también observan el cambio regional y geoestratégico”, apuntó. “Creen que ahora los iraníes están debilitados y el régimen, arrinconado”, subrayó.
Los jihadistas y sus aliados registraron avances en el norte, donde conquistaron la localidad de Saraqib, que reviste una importancia estratégica por encontrarse en la carretera que conduce a Aleppo, a unos 40 kilómetros al suroeste de esa ciudad, explicó el OSDH.
El viernes, el Ejército ruso informó que estaba bombardeando a fuerzas “extremistas” y Turquía reclamó un cese de los bombardeos en la región de Idlib. Esa región es objeto de una tregua mediada por Turquía y Rusia tras una ofensiva del régimen de Assad en marzo de 2020. Pese a que este alto el fuego ha sido violado en reiteradas ocasiones, se mantiene vigente.
Irán, que sostiene a Hezbollah, y Rusia respaldaron militarmente al régimen de Al Assad durante la guerra civil, desencadenada en 2011 por la sangrienta represión de las manifestaciones por la democracia y luego de la rebelión.
La situación derivó en un conflicto complejo que con el paso de los años implicó a actores regionales, potencias extranjeras y grupos jihadistas, en combate en un territorio cada vez más fragmentado. La guerra ha causado medio millón de muertos y obligado a millones de personas a dejar sus hogares.
Agencias AFP, DPA y ANSA
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