"El escenario parece sacado de un libro de Stephen King"
Preocupación, sorpresa, miedo. Esas fueron algunas de las sensaciones que describieron los argentinos que residen en México y relataron a LA NACION la difícil situación que se vive en ese país, como consecuencia del temible brote de gripe porcina, que ya mató a decenas personas y se expande por todo el planeta.
"La situación está complicada. El temor se puede palpar en las calles casi vacías. La poca gente que se deja ver, usa barbijo", relató Daniel Litre, oriundo de Pigüé, que vive desde hace poco menos de dos años en la ciudad de San Luis Potosí, uno de los lugares más afectados. "El escenario parece sacado de un libro de Stephen King", sintetiza.
"Acá se vive con mucho miedo. Sólo sale mi marido, porque es el que tiene obligaciones con el trabajo, pero mi hija y yo preferimos quedarnos en casa", contó Ivanna Mariani, una argentina que reside a pocos kilómetros de Ciudad de México y está embarazada. "Todos usan barbijo. Se agotaron los geles antibacteriales y todo lo que sea desinfectante. Pero no creo que sea paranoia colectiva, sino que es un acto de responsabilidad que tomó la población para evitar un contagio masivo", explicó.
Por su parte, Carolina Besares, una jujeña que vive desde hace tres meses con su familia en Ciudad de México, confiesa que el brote los tomó bastante de sorpresa, pese a que reconoce que se comenta que desde principios de abril el gobierno estaba "enterado de que el virus andaba dando vueltas". Y cuenta: "Las precauciones que tomamos son salir lo menos posible a la calle, ventilar bien la casa y limpiarla con cloro".
"Hace 6 años que vivo con mi familia en Ciudad de México, y el virus de la gripe porcina ha logrado lo impensable: desde el viernes, la gente está en sus casas; las pocas salidas que uno hace son con el obligatorio barbijo y las botellas de alcohol en gel o toallitas desinfectantes", relató, por su parte, Soledad Román, otra argentina. "Las clases se han suspendido por casi dos semanas y no hubo ni habrá ningún evento cultural: cines, teatros, centros comerciales, restaurantes, todos están cerrados."
"Las medidas que tomó el gobierno son drásticas, pero la verdad es que uno se siente protegido", añadió Román. "El gobierno se encargó de repartir los barbijos por las calles. Todo el tiempo en la televisión y en la radio se escuchan propagandas del gobierno que informan sobre las medidas preventivas y los síntomas", expresó también Besares, quien calificó las medidas adoptadas de "muy buenas y rápidas".
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