El último "secreto" de los Kennedy
NUEVA YORK.- Otra vez son noticia. En esta oportunidad, por la publicación de un libro que revela un explosivo cóctel de infidelidades, adicciones y manipulación. Y también por un divorcio. Porque ya se sabe, no hay nada en Estados Unidos que supere la atención que generan los Kennedy. Incluso después de muertos.
El último capítulo de esa saga lo protagoniza John F. Kennedy Jr., fallecido el 16 de julio de 1999 mientras piloteaba su avioneta rumbo a Hyannis Port, en Cape Cod, junto a su joven y bellísima esposa, Carolyn Bessette, y la hermana de ésta, Lauren.
La que se pensaba era una glamorosa y feliz pareja volvió a cautivar la atención de los norteamericanos. ¿El motivo? El más reciente libro del biógrafo del clan, Edward Klein, que en "La maldición Kennedy: por qué la tragedia ha perseguido a la primera familia de Estados Unidos durante 150 años" revela que el matrimonio de John John y Carolyn era casi una pesadilla.
La aparición del libro de Klein coincidió con la revelación de más detalles del anuncio de divorcio de Kerry Kennedy -hija del fallecido Robert y prima de John John- de su marido, Andrew Cuomo, hijo del ex gobernador de Nueva York Mario Cuomo y ex candidato él mismo a ese puesto. Según se reveló, Kerry, una abogada de 43 años, tenía una relación oculta con el empresario y amateur del polo Bruce Colley.
Una mujer manipuladora
En su mayor parte basado en informaciones de "amigos" de la pareja que no son identificados, Klein cuenta que la esposa de John Jr., Carolyn, era adicta a la cocaína, manipulaba y controlaba a su marido y todavía mantenía relaciones con su ex novio Michael Bergin, un modelo al que conoció cuando ambos trabajaban para el diseñador Calvin Klein y que ahora es actor en la serie "Baywatch". Según Klein, antiguo confidente de Jacqueline Kennedy Onassis, el joven Kennedy estaba obsesionado con su esposa, pese a que en los últimos meses ella se negaba a dormir con él. De hecho, hasta el propio día de su muerte, John John había estado viviendo en un hotel, porque ella se había vuelto insoportable con sus ataques de ira y de depresión.
En un avance del libro que presentó la revista Vanity Fair, un amigo anónimo de John Jr. afirma que él quería tener un hijo y ella se negaba. Revela además que ambos habían comenzado a ir a terapia de pareja en marzo de 1999, pero que no les habían ayudado mucho. "Todo se está cayendo", le dijo John John. "Me tiene cansado. Tenemos que detener esto, si no, nos vamos derecho a un divorcio", confesó.
Según Klein, John Jr. había comenzado a ver nuevamente a su ex novia la actriz Daryl Hannah y eso ponía todavía más irritable a Carolyn, que se lo reprochaba a los gritos en público. Para el autor, John John se había enamorado de Carolyn porque, a diferencia de sus anteriores mujeres -Madonna, Sarah Jessica Parker y Hannah- ella parecía indiferente a su cualidad de celebridad mediática. De hecho, fue el constante asedio de los fotógrafos a su loft de TriBeCa lo que la volvía loca. El libro relata que un día él llegó a su departamento y la encontró tirada en el piso aspirando cocaína con varios amigos. Con su fuerte temperamento, le dijo que la dejara tranquila y se fuera con sus fotógrafos a otra parte.
Klein, que ya había escrito dos libros sobre los Kennedy, relata también que Jackie se había opuesto siempre a que su hijo tomara lecciones de piloto y, poco antes de su muerte, en 1994, le había encomendado a su pareja, el dealer de diamantes Maurice Tempelsman, que no dejara nunca que John John manejara su avioneta. El joven, que se llevaba mal con Tempelsman, desoyó todos sus consejos y poco después de la muerte de su madre comenzó las clases.
"Me preocupaba mucho que John piloteara -le contó Tempelsman a un amigo-. Se distraía muy fácilmente", escribe Klein.
Dos días antes del trágico 16 de julio de 1999, Lauren Bessette, la hermana de Carolyn, trató de mediar en el matrimonio. Fue ella quien habría sugerido que los tres viajasen en la avioneta de John Jr. hasta Hyannis Port para asistir al casamiento de su prima Rory Kennedy. El vuelo -cuenta Klein- estaba programado para temprano en la tarde, pero por culpa de Carolyn, que a último momento quiso ir a la pedicura, despegaron cuando la noche ya había caído y nubes amenazadoras oscurecían el cielo.
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