Ettore Gotti: "Querría hablar con el Papa sobre lo que pasó en el IOR"
El ex presidente de la banca vaticana hasta 2012, finalmente exculpado por la justicia italiana, pide que se escuche su verdad
ROMA.- Ettore Gotti Tedeschi es uno de los personajes más controvertidos del pontificado de Benedicto XVI, ya que protagonizó algunos de los episodios más brillantes y también más oscuros de los últimos años de Joseph Ratzinger. Fue su pensamiento económico el que estuvo detrás de Caritas in veritate, la gran encíclica social del papa emérito, y su mano llevó a cabo la reforma inicial del Instituto para las Obras de Religión (IOR), la mal llamada "banca vaticana", que presidió desde 2009. Lo hizo hasta el 24 de mayo de 2012, cuando fue cesado por el Consejo de Superintendencia del IOR con un comunicado de una dureza inusual para la Santa Sede.
En un abrir y cerrar de ojos, pasó de ser la voz económica más escuchada en el Vaticano a convertirse en un leproso al que se acusaba incluso de ser uno de los "cuervos" del caso VatiLeaks. Dos años después de aquel difícil período, Gotti Tedeschi ha visto con alivio cómo el tiempo acabó dándole la razón: quienes le disputaron el control del IOR terminaron fuera de juego, la reforma del organismo volvió al camino marcado por él y quedó demostrado que no tuvo nada que ver con VatiLeaks. Además, la Magistratura italiana declaró su inocencia en un supuesto caso de lavado de dinero.
–¿Se siente liberado por la reciente sentencia de la justicia?
–Lo que me siento es amargado, porque ha sido la Magistratura la que arrojó la luz de la verdad sobre lo sucedido, mientras que, dentro de la Iglesia, en cambio, parece prevalecer hasta ahora la posición de quien me quería marginar. Creo que eso no les ha gustado al papa Francisco ni al secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin. Es algo que me llena de amargura. Cuántas cosas se habrían evitado si no me hubieran cesado en 2012.
–¿Y ahora cree que la decisión de la Magistratura cambiará la posición de la jerarquía eclesiástica hacia usted?
–Eso espero, pero temo que no será fácil, aunque he ofrecido de forma ininterrumpida mi sufrimiento por el Papa. Al lado del Papa trabajan muchas personas santas, pero también hay algunos que no quieren que salga a la luz la verdad. No desean que yo sea rehabilitado, pues mi rehabilitación llevaría consigo la acusación implícita hacia otras personas.
–¿Es cierto que cuando fueron a buscarlo los agentes de los carabineros en 2012 usted creyó que iban a matarlo?
–Vinieron a mi casa a las 5.30 de la mañana. Estaba oscuro y se me acercaron dos personas cuando yo estaba entrando en el coche. Tuve un momento de tensión, pero inmediatamente mostraron sus documentos y me tranquilicé. La reacción a estos sucesos muestra cuál era mi estado emocional de aquel momento.
–¿Y cómo llegó a esa situación?
–El Santo Padre me había encargado hacer una serie de cambios que pudieran llevar a la Santa Sede a una disponibilidad adecuada a la transparencia que los mercados financieros internacionales y los bancos centrales exigían tras el 11 de Septiembre. Pero había muchas dificultades. La Santa Sede no funciona como un banco para terceros, sino que sostiene obras religiosas. La idea clave era que la autoridad moral de la Iglesia fuera apreciada por el modo en que seguía esta nueva disciplina financiera, garantizando al mismo tiempo la discreción de las operaciones relacionadas con su actividad.
–¿Ése es entonces el encargo que usted recibe...?
– ...Y que de hecho llevé a cabo. Cuando Moneyval, la entidad de control del Consejo de Europa, nos visita en noviembre de 2011, dice: "Ustedes realizaron un trabajo extraordinario". Pide que arreglemos algunas cosas, pero la conclusión es extremadamente positiva . Pero el énfasis que dimos a los controles internos, por desgracia, no encontró consenso por parte de muchos dentro de la Iglesia. Y decidieron entonces cambiar la ley. Y la Autoridad de Información Financiera (AIF), un organismo de control interno dentro de la Iglesia, que debería ser independiente, pasó a depender del secretario de Estado vaticano Tarcisio Bertone. Y cuando Moneyval vuelve a visitarnos considera intolerables los cambios. Entonces escribe un reporte en el que dicen que se había dado un paso atrás y que ese cambio no permitía el ingreso del IOR en la "lista blanca". Mi relación de confianza con la Secretaría de Estado terminó ahí.
–¿Por qué perdió la confianza en el cardenal Bertone?
–Esas cosas se las diré exclusivamente al Papa. Lo grave es que nadie haya querido interrogarme sobre el tema hasta ahora.
–¿No ha hablado aún con el papa Francisco?
–Yo querría hablar con él o con cualquier emisario suyo o del papa Benedicto. Pero nadie nunca me ha preguntado nada, aunque lo he pedido infinidad de veces. Lo más grave es que hoy se reconoce que tenía razón en todo. De hecho, hasta tuvieron que volver a colocar a la AIF en la posición independiente que pretendíamos nosotros. La Magistratura dictaminó que yo obré bien y que otros obraron mal.
–¿Es verdad, como se publicó, que usted realizó hallazgos dentro del IOR que daban miedo?
–Prefiero no responder.
Ettore gotti tedeschi
- Ex presidente del IOR
- Profesión: economista
- Edad: 69 años
- Origen: Italia
Fue presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR) entre 2009 y 2012.
Darío Menor