Gran Bretaña, el primer país en tener precio: 8,8 billones de dólares
Tasaron todas las propiedades y bienes
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LONDRES.- ¿Ansía comprar una isla donde la cerveza es ilimitada, las playas son sacudidas por el viento y los castillos son muy baratos?
Esta isla, junto a una propiedad fuera de sus costas, no está realmente a la venta, pero ahora al menos tiene un precio, cortesía de la Oficina Nacional de Estadísticas británica.
El Reino Unido, es decir, Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte, ha sido oficialmente valuado en 8,8 billones de dólares, una suma que incluye todas sus propiedades y edificios, maquinarias, caminos, puentes, aviones, trenes y automóviles.
También abarca todo el dinero depositado en sus bancos y otras instituciones financieras. Más todo lo que está en las estanterías de Harrods.
"Es difícil imaginar algo que es tan caro que está fuera del alcance de Bill Gates", alardeó un artículo de la publicación de la agencia de estadísticas Horizon.
Los que realizaron las estadísticas en la agencia afirmaron que llegaron a esa cifra utilizando nuevos modelos e información más detallada y evaluando todas las posesiones de Gran Bretaña.
De acuerdo con sus números, si los 58,8 millones de habitantes de Gran Bretaña decidieran convertir en dinero el valor estimado de su país, cada uno recibiría más de 150.000 dólares.
Aunque luego se les podría solicitar que ayuden a su gobierno, que tiene, según las estadísticas, un saldo negativo de 222.000 millones de dólares, tras deducir la deuda nacional y otras obligaciones.
El precio de 8,8 billones no incluye los datos de 2003, que con la partida de la superestrella del fútbol David Beckham y su esposa Victoria a Madrid -junto con su gran capital- podría alterar considerablemente cualquier cálculo futuro.
Más de la mitad de la suma de 8,8 billones de dólares proviene de las casas de los habitantes de Gran Bretaña, cuyo valor se ha más que duplicado en los últimos diez años.
Las propiedades comerciales y públicas representan alrededor de 1 billón de dólares y los caminos, puentes y otras infraestructuras fueron tasadas en 961.000 millones de la misma moneda.
Predicciones financieras
Pero, ¿por qué ponerle un precio a un país? La agencia afirmó que imaginar un precio para el Reino Unido ayudaría a los economistas a desarrollar modelos económicos y a utilizar datos para realizar predicciones financieras.
"Abarca todo lo que es tangible", afirmó John Hallmark, vocero de la Oficina Nacional de Estadísticas.
"Todo lo que hay en las fábricas, aviones, autos privados, casas, etc. Nosotros investigamos y obtenemos el valor", añadió.
Incluidos en el precio, por ejemplo, están los 139.500 kilómetros cuadrados que se extienden a lo largo de 900 kilómetros, desde el extremo sur de Inglaterra hasta el punto más al Norte, en Escocia.
Al país le va bien con el petróleo, el fútbol, los jardines y los productos farmacéuticos y ofrece una variada mezcla de gente. Sólo en Londres se hablan 300 lenguas.
Su imprevisibilidad, que se aprecia bien a través de su clima y del comportamiento de su familia real, es ilimitada.
Pero no todos los británicos consideran la suma de 8,8 billones de dólares o los mismos intentos de establecer un precio una práctica loable en la cual se gastó el dinero de los contribuyentes.
El periodista Max Hastings dijo en una columna de dos páginas en el diario Daily Mirror que podía imaginarse al primer ministro Tony Blair y al secretario de Tesoro Gordon Brown sentados "con sus calculadoras portátiles" intentando descubrir a cuántos de esos 8,8 billones de dólares podían aplicar impuestos para después malgastar esos ingresos fiscales.
Los activos invisibles
Hastings lamentó que quienes realizaron las estadísticas hubieran descartado los "activos invisibles" cuyo valor no puede establecerse. "¿Cómo puede alguien dar un valor a la posesión nacional del lenguado de Dover o a los camarones en conserva?", se preguntó Hastings.
"Piensen en Agatha Christie y Miss Marple, en Alec Guinnes. (...) Una verdadera nación no es un lugar sino una idea, compuesta por una amalgama de pasado, presente y futuro", escribió Hastings.
"El secreto de la felicidad para cualquier sociedad es apreciar su identidad en lugar de tratar de suprimirla, o peor aún, intentar reducirnos a un mero valor monetario, como en un banco."




