
La informalidad en las obras y reformas, un mal hábito que aqueja a los cariocas
Muchos trabajos en edificios ya construidos se realizan sin la autorización correspondiente
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RIO DE JANEIRO (De nuestro corresponsal).- Como en todas las grandes ciudades del mundo, en Río de Janeiro las obras en los edificios están muy reglamentadas. Sin embargo, el relajo y la informalidad propios de los cariocas llevan a que las reformas en construcciones se realicen muchas veces sin ningún tipo de control o inspección.
Hasta existe una palabra especial para denominar estas modificaciones y extensiones irregulares: un puxadinho , algo así como un "estiradito", que conjuga muy bien con otra palabra típicamente carioca, el jeitinho ("manerita"), como se denomina al encontrarle la vuelta a algo para que se concrete, aunque sea ilícito. Una forma de ver las reglas que podría aplicarse sin problemas, también, a los argentinos.
Según explicó a LA NACION la oficina de prensa de la Alcaldía de Río, las obras dentro de los edificios que no afecten su estructura necesitan el aval de un ingeniero o arquitecto responsable acreditado por el Consejo Regional de Ingeniería y Arquitectura estatal (CREA, por sus siglas en portugués). Pero si se trata de un trabajo de ampliación de volumen o una reforma que implique tocar columnas, vigas o paredes estructurales, debe ser aprobado por la Secretaría Municipal de Urbanismo. Allí deben entregarse el proyecto completo y toda la documentación adicional que se requiera para el análisis de otros órganos competentes, como la Secretaría de Medio Ambiente, la de Patrimonio o las compañías de servicios de electricidad, agua, etcétera. Normalmente, el plazo para tener tal habilitación se extiende hasta 30 días, señaló la Secretaría Municipal de Urbanismo.
En el caso de las obras que se estaban realizando en el mayor de los tres edificios que se derrumbaron en la noche del miércoles, no contaban ni con un responsable registrado en el CREA ni con autorización de la Alcaldía. Anoche, las autoridades todavía buscaban a la persona que habría ordenado los trabajos en el edificio Liberdade.
"Lo peor es que estaba siendo hecho por legos, y la ley lo penaliza como contravención cuando debería ser un crimen", se quejó el especialista en Estructuras del CREA Antonio Eulálio Pedro. La última obra de la cual se tiene registro en el inmueble de 20 pisos que cayó sobre los otros dos menores se remonta a 2008.
Virtualmente abandonada durante muchos años, la zona del centro de Río está en plena transformación con la recuperación de edificios históricos, como el centenario Teatro Municipal, el establecimiento de un corredor cultural que tiene como ancla el Centro Cultural Banco do Brasil y la ambiciosa remodelación de la zona portuaria en el proyecto Porto Maravilla, que está inspirado en las experiencias del puerto de Barcelona con las Olimpíadas de 1992 y Puerto Madero, en Buenos Aires.


