Las montañas de basura, una pesadilla que recrudece en Roma
ROMA.- Después del incendio de dos rellenos sanitarios, Roma ha acumulado toneladas de basura en sus calles y monumentos, un problema recurrente para la Ciudad Eterna, pero que este verano alcanzó un nivel tan preocupante que los médicos alertan del riesgo de epidemias.
Cada verano, cuando multitudes de turistas invaden la capital italiana , la presencia de cúmulos de basura macerándose al calor desencadena oleadas de indignación.
La situación es tal que en Twitter lanzaron un concurso para premiar al contenedor de basura más repugnante de la ciudad.
Pero el asunto dejó de generar ironía cuando Antonio Magi, presidente de la Orden de Médicos de Roma, lanzó un grito de alarma. "De problema de higiene podría pasar a alerta de salud", advirtió.
De hecho, la basura atrae a una fauna inusual al casco histórico de la capital italiana: gaviotas, ratas y hasta jabalíes.
Se pueden encontrar deambulando por las veredas y en ocasiones llegan a introducirse en parques y terrenos.
Después de recibir numerosas quejas, la fiscalía de Roma abrió una investigación esta semana para verificar si se trata de un problema de mal manejo.
Todo parece indicar que el problema no es la falta de medios económicos. Según un informe de la Fundación OpenPolis, la ciudad de Roma gastó en 2017 más de 597 euros per cápita para el tratamiento de la basura, el promedio más alto de país, seguido por Venecia (353 euros) y Florencia (266 euros).
Según Il Messaggero, el principal diario romano, el impuesto a la basura ascendió a 394 euros para una familia en Roma en 2018, frente a un promedio de 300 euros en el resto de Italia.
El asunto central es que la ciudad carece de infraestructuras para eliminar sus desechos. De los tres principales rellenos sanitarios, uno está cerrado y los otros dos quedaron destruidos por un incendio en los últimos meses.
Además, los dos sitios para el tratamiento biológico de la basura redujeron sus actividades para hacer trabajos de mantenimiento.
Los usuarios, todos, desde el residente hasta el turista, tienen buena parte de la responsabilidad.
La población evita dividir las basuras, elemento clave para su gestión, lo que complica el tratamiento de los residuos.
En Roma es posible ver innumerables colchones, heladeras, sofás, y otros elementos abandonados a la entrada de los basureros.
"Degradación y abandono"
El tratamiento de los residuos es uno de los principales factores de conflicto entre la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, del Movimiento 5 Estrellas (antisistema), y el presidente de la región del Lazio, Nicola Zingaretti, líder del Partido Democrático (PD, centroizquierda).
Rivales en la política, los dos dirigentes han tenido que pactar una tregua en la guerra por la basura.
En una reunión celebrada el martes pasado en la que medió el ministro del Medio Ambiente, Sergio Costa, prometieron superar la crisis de las basuras en 15 días.
Para ello, la ciudad, que produce casi 5000 toneladas de desechos por día, tendrá que exportar su basura a otras regiones o países para su incineración.
"Todos se quejan por los desperdicios, pero nadie quiere un incinerador", lamentó un residente de la ciudad. "¡Exportamos basura al extranjero, a Austria, a Alemania! Por supuesto que es culpa del ayuntamiento, ciertamente no es culpa de los ciudadanos, que producen desperdicios y son los servicios públicos que tienen que recogerlos, para ello pagamos impuestos", añadió.
El papa Francisco, oficialmente el obispo de Roma, también lamentó "la degradación y el abandono" que padece la ciudad.
El hombre fuerte de gobierno, el ministro del Interior y ultraderechista Matteo Salvini, cuya popularidad crece en todo el país, está decidido a dar el asalto a la capital en el 2021.
Es un reto para cualquier formación. Tanto la izquierda como la derecha y, ahora, los antisistema del M5E han salido heridos.
Administrar una de las ciudades más ricas de historia en el mundo, que fue una de las grandes metrópolis de la humanidad, sumamente endeudada y sujeta a los vaivenes de poderosos grupos de poder y económicos, ha sido siempre difícil.
La acumulación de basura es solo una de las tantas preocupaciones de sus habitantes, que también se enfrentan a la falta de ómnibus, de jardineros públicos y baches en las calles.
Agencia AFP
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