Los chicos brasileños, pesimistas y rebeldes

Con la llegada del Papa a Brasil para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), esta semana los jóvenes fueron los protagonistas. Hace tan sólo un mes, miles de ellos también colmaron las calles para reclamar por mejores servicios públicos y contra la corrupción. Pero, ¿quiénes son estos jóvenes? ¿Qué los distingue de sus vecinos latinoamericanos?

La Primera Encuesta Iberoamericana de Juventudes, desarrollada por la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ), ofrece una radiografía que revela en Brasil a una generación de jóvenes pesimistas respecto del futuro, pero que valoran el acceso a la participación, y son más abiertos en temas controvertidos que sus pares de otros países.

"La realidad juvenil es compleja, diversa y desigual", dijo a LA NACION Alejo Ramírez, secretario general de la OIJ, y aseguró que la juventud latinoamericana es una generación atravesada por paradojas. "Es la generación mejor formada, pero la más desempleada, la que mejor acceso a la salud tiene, pero la que más muere por causas externas", explicó.

Los jóvenes latinoamericanos identifican a la violencia, el desempleo y la situación económica como los principales problemas, pero declaran optimistas sobre el porvenir. Los brasileños, la gran excepción, se ubican en el penúltimo lugar del ranking con los guatemaltecos.

Los brasileños aparecen también como los menos tradicionalistas. "Son los que más en desacuerdo están con sus padres en temas como sexualidad, religión y política. Son los menos conservadores de la región", dijo Diego Quinteros, de la dirección de Comunicación de la OIJ.

En sintonía con esos datos, una encuesta de Datafolha reveló que la mayoría de los participantes de la JMC reivindican posiciones rechazadas por la Iglesia como el uso del preservativo y la píldora anticonceptiva.