Murió la madre de la princesa Diana
Frances Shand Kydd, que tuvo una relación conflictiva con su hija, tenía 68 años
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LONDRES.- "Se necesita muy poco para ser feliz cuando se ha superado la verdadera tristeza. La desgracia te hace dar menos cosas por seguras y terminas realmente enriquecido." La autora de estas palabras, Frances Shand Kydd, tenía cierto derecho a dar lecciones sobre felicidad e infelicidad: era la madre de la trágicamente desaparecida Lady Di. En la mañana de ayer, a los 68 años, Shand Kydd falleció en su casa de Escocia, según informó su hijo, el conde Charles Spencer.
La ex esposa del conde de Spencer y visconde de Althorp, padre de Diana de Gales, había sufrido una larga enfermedad que la condujo a perder progresivamente la memoria.
En realidad, borrar recuerdos dolorosos fue un ejercicio que practicó durante toda su vida, al igual que su hija. De bajo perfil hasta el casamiento de Diana con el príncipe de Gales, en 1981, Shand Kydd tuvo que huir de la persecución de los medios y de sus propios dramas familiares cuando Diana se convirtió en la mujer más fotografiada del mundo. "Los medios acosan a mi hija desde que sale el sol hasta bien entrada la noche", escribió en una carta a los diarios en 1980, cuando la futura princesa tenía 19 años.
Mucho antes, en 1969, ella misma había sido portada de los diarios cuando se divorció de su marido, el conde Spencer, para unirse al magnate Peter Shand Kydd. Los medios la llamaron "adúltera" y perdió la custodia de sus cuatro hijos, entre ellos Diana. Hasta su propia madre, amiga de la reina Isabel, testificó en su contra en el juicio de divorcio.
El matrimonio había sido traumático. Lady Di recordó en algunas cartas que uno de los momentos más dolorosos de su vida fue ver a su padre, lord Spencer, fallecido en 1992, golpear a su madre mientras ella, por entonces una niña, lloraba debajo de una mesa. Diana siempre interpretó esa experiencia como un presagio de sus propias desdichas matrimoniales.
Frances Ruth Roche (ella también de sangre azul) se casó con Johnnie Spencer en 1954. Sólo un año antes había terminado el secundario. Tenía 18 años; su prometido, 30. La ceremonia se realizó en nada menos que la Abadía de Westminster y con la reina Isabel y su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo, entre los testigos. Fue la novia más joven en casarse en la Abadía en el siglo XX. Tan sólo quince años después se separó y se mudó con Shand Kydd a la isla de Seil, en la costa oeste de Escocia.
La felicidad tampoco fue en ese caso duradera: su segundo marido abandonó a Frances en 1986 por una mujer más joven. A partir de ese momento cerró su tienda de regalos y dejó de dar las entrevistas con las que había reunido miles de libras para aislarse en Escocia. En el verano de 1997 estaba en su solitaria casa de la isla cuando recibió por teléfono la noticia del fatal accidente de Diana.
Sus vecinos, que la adoraban, la protegían de los curiosos y respetaban sus solitarias caminatas. Y miraban para otro lado cuando "lady Shand Kydd" era detenida, por ejemplo, por conducir en estado de ebriedad.
Cinco años después de la muerte de Lady Di, en 2002, la ya frágil dama sufrió otro dramático golpe cuando se vio obligada a abandonar su aislamiento para brindar testimonio en un juicio contra el ex mayordomo de Diana, Paul Burrell, acusado de robar bienes de la princesa.
Tuvo que admitir en público que había dejado de hablarse con su hija varios meses antes del accidente en el que Diana perdió la vida. La princesa no le había perdonado que contara asuntos privados en una entrevista periodística.
También admitió, siempre solemne y con su collar preferido, que la princesa de Gales había devuelto varias de sus cartas sin siquiera abrirlas y que se la había acusado de descuidar los fondos de caridad que su hija, pese a todo, le había confiado en su testamento. Fue la última vez que se la vio en público.




