Natalia Revuelta: la amante que le dio a Fidel una hija rebelde

LA HABANA.- Natalia Revuelta, la mujer de la alta sociedad cubana que vendió sus joyas para apoyar al entonces joven revolucionario Fidel Castro y con quien tuvo una hija que renegó de la revolución, murió el fin de semana en La Habana, a los 89 años. Según relató una amiga íntima, estaba enferma desde que sufrió una caída y se le realizó una operación que deterioró su salud.

Naty, como la conocían sus amigos y familiares, tenía 26 años cuando Castro, de 25, puso sus ojos en ella. Era "una de las mujeres más exquisitamente bellas de Cuba y con una atracción por la revolución y la aventura", escribió la columnista norteamericana Georgie Anne Geyer.

"Rubia, ojos verdes, voluptuosa y siempre de humor exuberante, Naty era el tipo de mujer que atraía las miradas y dejaba mudos a todos cuando entraba en una habitación'', escribió Geyer en Príncipe de la guerrilla, su biografía de Fidel Castro.

Nacida el 6 de diciembre de 1925, fue hija única y sus padres se divorciaron mientras era apenas una niña. Tenía 10 años cuando su madre volvió a casarse y un ejecutivo de la firma norteamericana Electric Company se convirtió en su padrastro. Estudió en una institución para niñas católicas en Pensilvania.

A los 19 años regresó a la isla con un trabajo administrativo en el área de inmigración de la embajada de Estados Unidos en Cuba, y más tarde se desempeñó como representante comercial de la firma petrolera norteamericana Standard Oil.

Poco después se casó con el cirujano Orlando Fernández, casi 20 años mayor y con quien tuvo una hija.

Sin embargo, Revuelta estaba inquieta, su esposo trabajaba muchas horas y estaba cansada de andar de una fiesta en otra, según dijo Wendy Gimble, que en 1998 presentó una biografía de la cubana titulado Sueños de La Habana. Así comenzó a asistir a las reuniones del Partido Ortodoxo, uno de cuyos miembros era Fidel Castro, por ese entonces casado con Mirta Díaz-Balart.

Revuelta conoció a Castro el 27 de noviembre de 1952 durante una protesta por el aniversario de la matanza de estudiantes independentistas en 1871. Un amigo común los presentó y posteriormente le preguntó si Castro podría ir a su casa. "Por supuesto", respondió. Poco después Castro fue encarcelado por su liderazgo en el movimiento clandestino opuesto al dictador Fulgencio Batista.

La joven "se convirtió en una de un contingente extraordinario de mujeres hermosas y muy inteligentes que, en efecto, dedicaron sus vidas a [Castro] y su causa'', señaló el biógrafo Tad Szulc en su libro Fidel: un retrato crítico.

La chica de alta sociedad entregó sus ahorros de 6000 pesos cubanos (equivalente a la misma cantidad en dólares), empeñó sus joyas para apoyar la causa revolucionaria y ayudó con los preparativos del ataque al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, que falló y llevó a Fidel a la cárcel. Para entonces, ya se escribían constantemente cartas de amor.

Cuando Castro fue amnistiado, en 1955, pasó 53 días en La Habana antes de irse a México. Revuelta quedó embarazada entonces, pero no le dijo nada. Cuando se lo informó, él le pidió viajar a México para casarse, pero ella se negó. En marzo de 1956 nació Alina, la hija de ambos.

El marido de Revuelta le dio su apellido y a los 12 años la chica fue informada por su padre biológico de que la reconocería, pero la joven no aceptó, según ella misma narró en un libro con sus memorias publicado en la década del 90. Salió de Cuba en 1993 disfrazada de turista española y se convirtió en una dura crítica del régimen de los Castro.

Cuando Fidel tomó el poder, en 1959, mantuvo distancia de Revuelta, que se separó de su marido, pero se quedó en la isla, y se la solía ver en recepciones de embajadas extranjeras elegante y enjoyada, aunque cada vez salía menos. En una inusual entrevista con el diario La Vanguardia de España, dijo que Fidel siempre "puso su proyecto [revolucionario] muy por encima de su vida privada" y reconoció que le costó muchos años sacarlo de su corazón.