Pastrana y las FARC, una reunión clave para salvar el diálogo de paz
Podría ser la última oportunidad para reanudar negociaciones y evitar la guerra
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BOGOTA.- Once semanas después de que la guerrilla congeló toda negociación con el gobierno colombiano, el presidente Andrés Pastrana se prepara para enfrentar mañana lo que muchos consideran aquí la última oportunidad para salvar el agonizante proceso de paz y evitar una guerra total.
Dentro de 24 horas, Pastrana volverá a encontrarse por tercera vez en los últimos dos años con el máximo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Manuel Marulanda, alias Tirofijo, y lo que allí se decida determinará si este país, que enfrenta ya cuatro décadas de insurgencia, continuará desangrándose o avanzará hacia un acuerdo que detenga la matanza. La cumbre, a la que Tirofijo aceptó concurrir tras un ultimátum del presidente, se celebrará en San Vicente del Caguán, un poblado de dos mil temerosos habitantes, en plena zona bajo control de las FARC.
Precisamente, del resultado de la reunión dependerá la vigencia de la llamada zona de despeje, los 42.000 km2 que en 1998 el gobierno desmilitarizó para permitir que allí se lleven a cabo las negociaciones con la guerrilla más antigua del continente.
Interés internacional
La semana última, al vencerse el plazo otorgado por Pastrana a las FARC para que encaren negociaciones serias y concretas, el presidente amenazó con ordenar al ejército que recupere por la fuerza el área de despeje. Pero esta vez Tirofijo tomó conciencia del ultimátum y aceptó volver a dialogar en una cumbre que despertó el interés de la prensa nacional e internacional.
Desde hace días, a San Vicente del Caguán fluyen casi más periodistas que guerrilleros y la limitada capacidad hotelera de este poblado está colmada. Desde Bogotá, la única aerolínea que cubre el trayecto ya no tiene más pasajes y para los habitantes de San Vicente, ésta es tal vez la última oportunidad de sacar provecho económico a la particularidad de su situación. El futuro parece ser negro.
Muchos temen que de fracasar las negociaciones las FARC deban retirarse y entonces quedaría el camino libre para los paramilitares, que, se rumorea, ya están cerca de San Vicente.
Con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), como se denominan las milicias de extrema derecha, llegaría también la venganza contra los colaboradores de la guerrilla, y lo que hasta ahora es una zona de despeje se convertiría en una zona de masacres.
El gobierno prorrogó hasta el viernes -un día después de la cumbre- la vigencia del área despejada.
En los últimos dos años, el gobierno y las FARC han discutido innumerables veces a través de una mesa de diálogo, pero en todo este tiempo no se han logrado avances concretos sobre un alto el fuego, el cese de los ataques a la población civil y, fundamentalmente, el fin de los secuestros.
Según un informe del Ministerio de Defensa dado a conocer ayer, el año último el número de raptos cometidos por la guerrilla trepó a 1625, a los que hay que sumar 261 secuestros perpetrados por paramilitares y 1305, de delincuentes comunes.
Quieren resultados
"Es hora de ver resultados -dice el analista político Vicente Torrijos-. Si el jueves las partes sólo destacan que están comprometidas en una salida política del conflicto, la reunión no habrá sido aprovechada".
Aquí se tiene la sensación de que Pastrana ya concedió demasiado a las FARC y es hora de que éstas comiencen a responder con hechos, algo que aún no ocurrió. Por eso, no son muchos quienes aún confían en la utilidad de cederles una zona tan vasta.
Precisamente, esta semana el gobierno enfrenta la creciente protesta de miles de habitantes de los municipios de San Pablo y Cantagallo, en el Departamento de Bolívar (norte), donde Pastrana estaría dispuesto a crear otra zona de despeje, esta vez para la segunda guerrilla del país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Acertada o no la estrategia de Pastrana, pocos como él han hecho tanto por la paz. Pero los colombianos, amantes del tango, saben que sólo se baila de a dos.


