Suecia: detienen a un uzbeko por el ataque

ESTOCOLMO.- La policía sueca detuvo ayer a un ciudadano uzbeko, de 39 años, que según las autoridades es el principal sospechoso de conducir el camión robado que embistió a una multitud en el centro de Estocolmo, anteayer, y que dejó cuatro muertos y más de 15 heridos.

El detenido es "sospechoso de ser quien conducía el camión", afirmó el jefe de policía Dan Eliasson. "Nada apunta a que tengamos a la persona equivocada. Al contrario, las sospechas se fortalecen a medida que avanza la investigación", agregó.

El hombre, que figuraba en los registros de los servicios de inteligencia suecos como una figura marginal, sin lazos claros con grupos extremistas, fue arrestado bajo cargos de terrorismo.

Según los primeros indicios, el detenido habría actuado sin ayuda, en un típico caso de "lobo solitario", aunque hasta ayer nadie podía descartar que hubiese más personas involucradas en el operativo.

La policía no reveló su identidad, pero dijo que el sospechoso provenía de Uzbekistán y figuraba en registros de inteligencia previos. Aún se desconocen sus motivaciones y los investigadores estudian el teléfono celular y los perfiles en las redes sociales del detenido. También investiga un aparato hallado en el asiento del chofer "que no debía estar allí".

Eliasson mencionó en conferencia de prensa "claras similitudes" con el ataque del mes pasado en Londres en el que murieron seis personas, incluido el atacante que condujo un auto alquilado para embestir a los peatones en un puente en las cercanías del Big Ben. El año pasado también se usaron vehículos para llevar a cabo ataques en Niza y Berlín, que se adjudicó Estado Islámico (EI).

Según los medios suecos, el camión robado pertenecía a la cervecería Spendrups. Un vocero de la empresa explicó que el conductor se disponía a realizar una entrega a un restaurante y se encontraba fuera del camión en el momento que un enmascarado entró a la cabina y se lo llevó. El camión está bajo custodia policial y es investigado, al igual que el lugar del atentado, que ayer seguía acordonado.

Con la calma restaurada en la ciudad, las banderas flameaban ayer a media asta en edificios como el Parlamento y el Palacio Real. Diez personas todavía estaban internadas a raíz del ataque, dos de ellas en terapia intensiva.

Agencias DPA y Reuters

LA NACION

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