Adalberto Tortorella: el maestro de música

Durante más de medio siglo, Adalberto Tortorella -maestro, ante todo, clavecinista, titular de la primera cátedra sudamericana de música antigua, discípulo de Carlos López Buchardo, alumno de musicología en La Sorbonne, maestro fundador del Conservatorio de La Plata en 1949 junto a figuras como Alberto Ginastera, y en 1966, del Conservatorio Provincial Juan José Castro, del cual también fue director- predicó sin fatiga su ideal de una educación artística de calidad; dedicó su vida a inculcar a generaciones de músicos los valores del estudio, la aptitud y el conocimiento, el talento, la competitividad, la excelencia, la superación a través de una formación seria y consistente y arremetió contra la mediocridad en todas sus formas, contra la demagogia y el diletantismo, que denunciaba sin reservas ni tapujos.

"Es que la educación -explicaba en sus Memorias con aquella convicción profunda con que ejerció la docencia en el ámbito de la música, una docencia que aspiró a trascender las aulas de conservatorio y a esparcirse entre melómanos y amantes del arte y la cultura, con la autoridad indiscutible que emanaba tanto de su persona como de su exquisito señorío- decayó de tal manera en los últimos años, que no son suficientes las advertencias que se formulan para rehacer la idoneidad exigida en todos los niveles de la enseñanza".

Sin bien poco importan estos temas en la Argentina de hoy, a los noventa años Adalberto Tortorella seguía batallando con su ejemplo, reclamando por la educación como base y baluarte de toda sociedad. En ese sentido ha legado un tesoro. En su adiós, se despide a uno de los últimos representantes de una generación que supo dar vuelo a la vida musical argentina.ß

Por Cecilia Scalisi

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