Luciana Dulitzky, en una labor descomunal
Hace tiempo que creo que el teatro independiente es un lugar de resistencia, y un refugio en tiempos de crisis. Fui a ver La suerte de la fea, y fue el refugio perfecto. Entrar a la sala Picadero siempre me da alegría. Sentarme a escuchar un texto de Kartun siempre es nutriente. Presenciar la actuación descomunal de Luciana Dulitzky es transformador, acompañada de la sensibilidad musical de Fede Berthet, y bajo la batuta de Paula Ransenberg. Conozco a la mayoría de los nombrados, se de sus caminos, de sus riesgos en escena. Y riesgo es lo que sobra en la obra, porque como espectador te hace reflexionar, te divierte, te emociona, y cuando un hecho artístico genera tantas cosas es porque hay riesgo. Una obra que habla de la mímica, del lugar del otro, de la música, del amor, de lo lindo y lo feo, del ser, del hacer, del horror. La sala estaba llena, y es conmovedor imaginar que esa gente cuando sale del teatro, tiene ganas de correr nuevos riesgos, de dominar miedos. Salgan de sus casas, y vayan un domingo a refugiarse en esta obra en la que todo está bien. (Teatro El Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, los domingos, a las 18).
Producción Julia Montesoro
*Actor
Diego Gentile