
Andy García, memoria y futuro
Definiciones: el aplaudido actor de origen cubano habló con La Nación de sus proyectos y dijo que la política "es, sobre todo, un hecho trágico".
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De todas las figuras de apellido hispano y perfil latino que hicieron pie en Hollywood a lo largo de la última década, Andy García fue, indiscutiblemente, el que llegó más alto.
Cubano de origen (nació en La Habana el 12 de abril de 1956), García representa como pocos una tendencia que procura afianzar, desde la Meca del Cine, una identidad caracterizada por el desarraigo y la tensión entre dos idiomas y dos miradas culturales en las que no siempre hay puntos en común. Entre estos nombres aparecen los actores Edward James Olmos (aquél teniente Castillo de "Miami vice") y Esai Morales, las actrices Rita Moreno, Lauren Velez, Rosie Perez y Elisabeth Peña y los directores Luis Valdez y Gregory Nava.
Pero, entre todos ellos, García es el protagonista principal, con un reconocimiento popular ganado a fuerza de talento para representar, en el cine, personajes impulsados a la acción por el azar o por el destino, como el consagratorio papel de sobrino ilegítimo de Michael Corleone en "El Padrino III".
Curiosamente, la fama y el prestigio de García no se apoyaron en interpretaciones ("Héroe accidental", "Volver a morir" y "Lluvia negra" son ejemplos) que tuvieran que ver con sus raíces latinas, pero en los últimos tiempos el actor comenzó a recuperar ese perfil, sobre todo desde la música.
"Soy cubano y me involucro naturalmente en la música, porque en Cuba todo el mundo toca algo y nací, por parte de mis abuelos, con la música bajo el brazo", dice García a LA NACION desde su casa de Los Angeles, ciudad en la que vive desde 1978.
García no lo confiesa desde el teléfono, pero además de actor es un más que diestro percusionista, que descubrió la forma de conjugar estas dos vocaciones en su primer trabajo tras las cámaras: "Como mi ritmo no hay dos", un documental sobre la vida y la obra de Israel López "Cachao", un mítico compositor e intérprete cubano, inventor del mambo y de la descarga, esta última suerte de jam session alrededor de los ritmos caribeños.
"Es el fundador del mambo, aunque nunca le habían dado ese crédito. Preparamos un documental alrededor de las "Master sessions", una serie de discos que produje junto a Emilio Estefan y que se grabaron casi en vivo, en una sola toma, como se debe tocar. Hemos grabado dos álbumes y tenemos material para un tercero", se entusiasma García.
En el primero de esos álbumes, García y los músicos rinden un homenaje al padre del actor, René García "El alcalde", un tema en el que los músicos "han absorbido la sabia savia del poema que es un son y la depositan en medio de un velorio muy cubano y los muertos se van de rumba y de conga, que no es nunca una danza de la muerte y eso es lo que es la música cubana", según anota Guillermo Cabrera Infante en las notas que acompañan al disco.
Lo que buscan los políticos
La mención familiar lleva a interrogar a García sobre cuestiones políticas, ya que el actor -cuando tenía cinco años- debió salir precipitadamente de Cuba junto con sus padres, debido a diferencias con el gobierno de Fidel Castro.
"Los políticos son políticos y muchas veces nos buscan, por ejemplo cuando hay alguna elección de por medio, para sacarse fotos con nosotros, porque creen que les conviene", explica el actor.
Y agrega: "Siempre están esperando que uno tome una posición pública a favor o en contra. Yo la tengo, pero prefiero decir, a partir de mi historia familiar, que la política es sobre todo un hecho trágico y que es necesario sobre todo que se respete nuestro derecho a vivir como seres humanos."
Después de estas incursiones musicales, García continuó ese acercamiento a los papeles de perfil latino con "Steal big, steal little", film de 1994, todavía inédito entre nosotros y dirigido por Andrew Davis ("El fugitivo") que es una suerte de recreación moderna del tema bíblico de Caín y Abel, aunque en este caso la acción se desarrolla en una hacienda de California y los protagonistas son dos hermanos que se llaman Martínez.
"Es la historia de dos gemelos -explica García-, uno bueno y el otro malo, que tienen distintas ideas respecto del campo que heredaron de sus padres. Personifico al bueno, que creció allí y quiere ayudar a todos los trabajadores inmigrantes que llegaron para trabajar en el lugar. El malo (Alan Arkin) lo quiere robar o malvender".
La película, a juicio de García, es todo un retrato de típicos personajes de estirpe latina ("Mi padre fue ranchero", acota), pero de inmediato aclara que esta clase de papeles está abierto a los riesgos de una interpretación errónea, a partir del estereotipo.
"Se lo usa -señala- para hacer una nálisis reducido o incompleto que termina convirtiéndose casi en una taque, porque se marca sólo un punto y se ignora todo el restoo es muy triste, porque tenemos una cultura muy rica y una historia común que es necesario apoyar".
De proyecto en proyecto
Después de este trabajo -que en su banda de sonido incluye una antológica versión de "Guantanamera"- , llegaron "Lorca, muerte en Granada", que los argentinos vieron por primera vez en el reciente Festival Internacional de Mar del Plata y en la que García encarna al poeta andaluz, y "Asuntos pendientes antes de morir", estrenada ayer.
Los proyectos que giran alrededor de Andy García no se detienen. "Estoy por rodar una película con Barbet Schroeder en la que hago de Lucky Luciano, el famoso gangster italiano, y también estoy preparando mi primer largometraje como director ", anticipa.
Se trata de un film titulado "La Habana 1959, la ciudad perdida", que García define brevemente como "un homenaje al mundo del cabaret, al mundo de la música y a pequeñas memorias de mi infancia".
Mientras sueña en ser dirigido por Martin Scorsese, Stanley Kubrick o Bernardo Bertolucci, aunque reconoce que con todos los realizadores con los que trabajo se sintió muy cómodo, García vuelve con lo que parece su obsesión actual:afirmar su identidad latina pero, a la vez, luchar contra los estereotipos.
"Los actores debemos batallar contra toda etiqueta o identificación fácil que termina encajonándonos en un solo tipo de papel. Lo podemos hacer si somos capaces de acudir a la variedad, incluso rechazando papeles. Yo mismo he tomado esa actitud durante toda la vida".
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