Anthony Kiedis de Red Hot Chili Peppers

El ultimo disco de los Peppers, By the Way, retoma la encantadora idea de la "californicación" y le da a una dimensión nueva, empapada en armonías. Con el productor Rick Rubin al timón donde siempre estuvo desde BloodSugarSexMagic, el clásico de 1991, la obra suena increíblemente madura para unos tipos punk-funk, famosos por ponerse medias en el pito.

El primer single, "By The Way", tiene algo de funk y punk, pero el resto suena tan… bonito. ¿Trataron de darle algo hermoso al mundo después del 11 de septiembre?

John [Frusciante] y yo nos fuimos juntos de vacaciones a St. Barts, para Navidad. Estábamos ahí, en el agua azul, perfecta, chapoteando en el mar y pensamos: "Tanto se habla de que está por llegar el fin del mundo y es una época de tanta destrucción... ¡Las pelotas!". En el mundo hay una belleza infinita, mucho mayor que la negatividad que puedas encontrar. Para nosotros, lo del 11 de septiembre es como un dolor de crecimiento. Es que la lucha entre la oscuridad y la luz es la naturaleza misma de la vida.

Contrariamente a lo que uno podría haber pronosticado en otros tiempos, el paso de los años les sienta muy bien.

Tengo muchas ganas de envejecer con elegancia. Todos tienen un miedo espantoso a ir sumando años, pero es hermoso sumar años, ¿no? Sin duda, nuestra música es igual de importante que siempre, y tiene la misma energía. Para mí, este disco es tan vital y significativo para su época como nuestro primer par de discos.

¿Entonces seguís creyendo que lo de ustedes tiene sentido?

Sí. Por quiénes somos, cómo vivimos y lo que hacemos; aunque fuésemos a cenar con la Reina de Inglaterra, seguiríamos teniendo que ver con el punk rock. Aunque viajáramos todo el día en limusinas y aviones privados, seríamos más punks que las bandas que hoy dicen ser punk. Nuestra motivación es real y verdadera, y eso tiene más que ver con la esencia del punk que la gente que trata de sonar como algo que pasó hace 20 años.

¿Cómo fue grabar gran parte de las voces en el hotel Chateau Marmont de Los Angeles?

Alquilamos una habitación del séptimo piso, atrás, donde no hay tanto ruido, y pusimos nuestra computadora con Pro Tools en una sala y el micrófono en la pieza, y decoramos un poco el lugar a nuestro gusto. Llevé una pila de afiches de películas viejas de los años 40 y 50. También tenía un cuadro de Jean Cocteau pintado por Andy Warhol. ¿Alguien se quejó por el ruido?

Y, no, porque la mayor parte la escuchás por los auriculares. El volumen más alto es cuando yo canto y grito. El único comentario que me hicieron fue... Me metí en un ascensor con una chica adorable y sexy, de no sé qué parte de Gran Bretaña: "¿Qué pasa en esa pieza? Alguien canta muy fuerte". Y le contesté: "Sí, era yo que estaba haciendo un disco". Y ella: "Ah, bueno. Aunque me molestaba, lo disfruté, porque soy novelista y estoy escribiendo en la pieza de al lado. Lo que hacías me inspiró para ponerme a escribir". Por desgracia, no me la volví a encontrar nunca más.

Por Por David Wild

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