Ciclo Jazzología. La Academia del jazz argentino cumple 35 años

El martes 4 de septiembre de 1984, el cuarteto el violinista chileno-argentino Hernán Oliva, acompañado por los guitarristas Chachi Zaragoza y Eduardo Ravera, y el contrabajista Carlos Soubrebost, inauguraba el ciclo Jazzología en la sala Enrique Muiño del Centro Cultural San Martín. "Hagámoslo por un mes, a ver qué pasa", le había dicho en ese momento Javier Torre, director del espacio, a mi padre, Carlos Inzillo, por entonces flamante jefe de prensa, ex dueño de la disquería Jazz & Pop y militante de distintos espacios vinculados al género, como el Círculo Amigos del Jazz, desde comienzos de los años 60. Nadie hubiera imaginado que ese ciclo, que pronto se convirtió en un ritual de los martes en la vida cultural de la ciudad, cumpliría 35 años.

La tenacidad de mi padre por sostener ese espacio se ha reconocido de muchos modos. Principalmente, por el apoyo de todo el personal técnico y de distintas áreas del Cultural San Martín, por los músicos y por el público, que lo han apoyado martes tras martes. Pero, además, obtuvo diversas distinciones formales, desde la llave de la ciudad de Nueva Orleans que cuelga en las paredes de su casa, al título de Personalidad destacada de la Cultura Porteña, pasando por el premio Konex, entre muchas otras, dan cuenta de su esfuerzo por la difusión de un lenguaje musical libre y universal.

Jazzología también tiene su espacio en TV, mirá un episodio:

Libre y universal ha sido, y es, el acceso a Jazzología. Aunque surgió como un género popular, el jazz ha sido muchas veces asociado a una elite, económica y social. Surgido en la primavera cultural, el ciclo mantuvo su espíritu democrático e inclusivo, con una función social que incluye el entretenimiento, pero que abarca también un rol fundamental en la formación de varias generaciones de músicos que se criaron musicalmente yendo a esas ¡2172! reuniones, que incluyen una puesta en valor de los artistas que se presentarán a continuación. Por el ciclo pasaron músicos legendarios del ámbito local -del Mono Villegas a Enrique Varela, de Walter Malosetti a Ricardo Lew, de Fats Fernández a Gustavo Bergalli, del Negro González a Pocho Lapouble, de Angel Sucheras a Juan Cruz de Urquiza, sólo por nombrar a unos pocos-, notables figuras del exterior -de la cantante Betty Carter al guitarrista Chuck Wayne, del trombonista Conrad Herwig al saxofonista George Garzone-, y además dieron sus primeros pasos músicos que hoy son emblemas, como Javier Malosetti y Luis Salinas, y no sólo dejaron su música: también hicieron escuela.