Cinco razones para amar/odiar a Jake Gyllenhaal

Al igual que el último Cinco razones que propusimos (el de Ben Stiller), el de Jake Gyllenhaal es bastante complicado de elaborar. Si bien su filmografía es corta - y su reconocimiento fue recién alcanzado a fines de los 90 con la gran October Sky -, el hermano de la gloriosa Maggie y el hijo del director Stephen supo elegir cuidadosamente los papeles con los que entró de lleno en el cine del 2000. Luego, le vino la fama de galán jóven y ahora su vida sentimental (con Taylor Swift) está en el candelero más que sus trabajos. A continuación, y como siempre les aclaro, una lista de lo mejor y lo peor de Jake Gyllenhaal según un punto de vista personal. Siempre espero sus comentarios, con respeto, más abajo. Antes de la nota, el trailer de El amor y otras adicciones, el film que lo volvió a juntar con Anne Hathaway luego de Secreto en la montaña.

Antes de que Richard Kelly empezara a usar las influencias de Lynch para hacer el mal (como el caso de The Box, por ejemplo), en el 2001 las empleó para hacer una gran película - a esta altura de culto, por más lugar común que esto sea - sobre un chico atribulado al que se le aparece un conejo llamado Frank para anunciarle el fin del mundo. La mejor actuación de Gyllenhaal a mi criterio, por saber cómo combinar cierto humor picaresco (dos escenas: la de los pitufos y la de la psicóloga, entre otras) con una oscuridad en la mirada que inquieta continuamente. Donnie es un gran personaje, desde que se despierta tirado en la acera hasta el sacrificio del final. Bonus: los intercambios con su hermana Maggie son otro punto alto de la película, que excede la mera anécdota de "todo queda en familia".

Muchos de los que pensamos en Secreto en la montaña, inevitablemente pensamos en Heath Ledger. Sin embargo, la película de Ang Lee - deudora de lo mejor de Los puentes de Madison - lo encontró a Jake en un papel donde la vulnerabilidad tenía que ser el punto clave. Para la conducta reservada de Ennis del Mar se necesitaba el contrapeso de la espontaneidad y algo de infantilismo de Jack Twist. Por este papel, Jake fue nominado al Oscar. ¿Se acuerdan de esa entrega? Fue en la que Crash, vidas cruzadas ganó como Mejor Película. Cosas que pasan...

Ya lo hemos dicho: para encontrar al mejor David Fincher hay que buscarlo acá (y en Red Social, claro, pero no voy a volver a tocar ese tema). En este policial con tres asesinatos filmados de manera brillante, el realizador hace lucir por igual a todos los protagonistas que se obsesionan con el verdugo que acechó San Francisco a fines de los 60 y principios de los 70. Entre dos grandes, Mark Ruffalo y Robert Downey Jr., Jake interpretó a un dibujante devenido en detective que intenta resolver la identidad del asesino. La película más escalofriante de Fincher y, si no fuera por la última, definitivamente la mejor.

Lo bueno del cine de Sam Mendes es que nunca vas a saber por dónde te va atacar. Por un lado, te hace Belleza americana. Por el otro, la teatral y anodina Solo un sueño (a la que salvan Leo y Kate Winslet, porque de cinematográfica, poco y nada). Al mismo tiempo, está Away We Go , donde reinvidica a la gran Maya Rudlph. Pero...también está Soldado anónimo que, a pesar de algunos destellos de comicidad y referencias a Nacido para matar de Kubrick, no termina de cerrar. Aquí, Jake interpretó a un joven enlistado en el ejército quien deambula por el desierto, se aburre, dispara por error y termina por corrobar, de la peor manera, los coletazos de la guerra.

Desde El sospechoso (romance con Reese Witherspoon incluido) en adelante que Jake viene involucrándose en produciones algo mediocres que redujeron su potencial. "¿Cuál debería ser mi próxima movida?", pensó el actor. Y así llegamos a El Príncipe de Persia dirigida por ¡Mike Newell! (quien va de Cuatro bodas y un funeral a Harry Potter, pasando sin escalas por La sonrisa de Mona Lisa) y basada en un videojuego. El problema no es querer renovarse e intentar mostrar una versatilidad que ya conocíamos, el problema es cuando te rodeás de la gente equivocada y, en lugar de sorprender gratamente (como Matt Damon en la saga de Bourne), sorprendés por las razones equivocadas.

Por Milagros Amondaray

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