
Charo López: la dama está de regreso
Protagoniza el film "La soledad era esto", que Sergio Renán rodó en España
1 minuto de lectura'
Charo López es una actriz muy conocida para los argentinos. Nació en Salamanca; trabaja habitualmente en Madrid y acredita haberse quedado más de lo pensado en la Argentina, adonde llegó en la segunda mitad de los años 80. Charo ya era una estrella en su país, donde había debutado en el cine veinte años antes, impulsada por Gonzalo Suárez. Sin embargo, su fama del otro lado del Atlántico no proviene de aquellas actuaciones. Fue más o menos una década después, en tiempos del posfranquismo, cuando fue una de las figuras principales de producciones de la TV hispana que aquí alcanzaron un muy buen puntaje en el rating de los domingos por la noche, en la pantalla de Canal 11 y, como apunta Sergio Renán, director de "La soledad era esto" (que Argentina Sono Film estrenará en el país pasado mañana): "¿Qué hombre no se había enamorado de ella en esos tiempos?".
La actriz había marcado a fuego al público que descubrió su temple en la pantalla chica con producciones como "Los gozos y las sombras", y volvió a sacudirlo con la puesta teatral de "Un día muy particular" (adaptación de la película protagonizada por Sophia Loren y Marcello Mastroianni), donde compartió aplausos con José Sacristán.
Fue un tiempo en que, incluso más allá de su profesión, comenzó a confundirse con los argentinos que seguían identificándola como la Mauricia de "Fortunata y Jacinta" o la gallega Clara de "Los gozos y las sombras", imaginadas por Benito Pérez Galdós o Gonzalo Torrente Ballester, y también con los personajes que le tocó en "La colmena", de Mario Camus, o en "El rey del mambo", de Carles Mirá.
"La soledad era esto", la película que filmó en 2001, y cerró el Festival de Mar del Plata de 2002, la une nuevamente a sus afectos lejanos, porque es la primera vez que la dirige un cineasta argentino. El mérito es de Sergio Renán, que consiguió lo que no pudo Nicolás Sarquís en 1984, cuando el rodaje de la versión cinematográfica de "Zama", que la tenía como figura principal, fue interrumpido dos días después de haber comenzado en Paraguay.
Además de Charo López, "La soledad era esto" cuenta con la participación de Ingrid Rubio, Iñaki Font y Ramón Langa.
Relato exitoso
La película de Renán es la adaptación de uno de los más exitosos relatos del escritor valenciano Juan José Millas (traducido a ocho idiomas), responsabilidad de la argentina Aída Bortnik y del vasco Manolo Matji. Es la historia de una mujer que, habiendo superado los cuarenta años, tras la muerte de su madre, la traición de su esposo y la indiferencia de su hija, tiene que hacer frente a una situación para la que no estaba preparada, que la impulsa a contratar a un detective que la ayude a encontrar una respuesta sobre sí misma. Así comienza una metamorfosis en la que la pérdida de la identidad y la soledad están en primer plano.
López, que viene de hacer en teatro "Los puentes de Madison" y se prepara para la próxima película de Vicente Molina-Foix, dialogó telefónicamente con LA NACION acerca de la Elena escrita por Millás y el vínculo que la une con la Argentina.
-¿Cuál es tu relación con la Argentina?
-Siento que es una relación en la que hay algo que me lleva allí, que no se cierra nunca este capítulo, que sé que voy a volver, porque lo necesito y tengo muchos amigos, recuerdos, cosas importantes, que me ha ido muy bien y he tenido mucha suerte. Me lleno de nostalgia cada vez que pienso en la Argentina.
-¿Cómo fue trabajar con Renán, a quien no conocías?
-Un día me dieron el guión... y como me gusta lo que él ha hecho en cine, y lo que me contaban de él, me pareció que era un director bastante atractivo para trabajar con él...
-¿Y una vez que lo conociste?
-Me parece que es un hombre muy refinado, muy culto y que ama la danza, la ópera, el cine, el teatro, es uno de esos hombres con los que uno necesita tener una confrontación y una referencia en la vida, porque son extraordinarios. En el trabajo te lleva de la mano, te respeta y te contiene.
-¿"La soledad era esto" es una película de actriz?
-Sí, es de actriz y trata del momento en que una mujer cumple una determinada edad, ya entradita en la madurez, y empieza a perder el afecto del entorno familiar y decide que esto no va a arruinar su vida, que no puede vivir colgada de un hombre. Por eso decide hacer todo lo posible por sobrevivir a un mundo que está confeccionado a la medida de una doble moral, de prejuicios, de una exaltación de la familia y del amor eterno en el matrimonio, y decide salir por ella misma. Esta es la historia que a mí me importa, que en la vida la soledad es la que se tiene adentro, que no consiste en tener maridos ni hijos, sino en que tengas una vida rica, a tu medida.
-¿Cómo viviste el personaje?
-Al sentirse traicionada, Elena, esa mujer, lo vive como una tragedia. Pienso que yo contaría con eso desde el principio, porque creo que esta mujer no es muy madura. No puede uno, de ninguna manera, decidir que su vida depende de una relación amorosa, porque uno se estaría castrando, y en eso estoy de acuerdo con ella. Me siento bastante próxima y creo que porque la película se ha hecho a partir de esta proximidad, a pesar de que no soy burguesa ni dependo de nadie en lo económico, ni tampoco tengo el sistema moral en el que ella vive.
-La novela y la película tienen algo teatral...
-Sí, quizá por esa cosa del monólogo, pero lo que le va bien es el tratamiento cinematográfico que le dio Sergio.
-Cine, televisión, teatro... ¿qué género tiene más encanto?
-Son tres técnicas diferentes, y uno es una sola persona. La cuestión es los quilates que tengas como actor (si los tienes), las ganas que tengas de hacer el trabajo y el amor por elegir los personajes que realmente te calzan. El cine tiene una onda expansiva y promocional muy grande, un enorme glamour, y cuando es un éxito, una enorme repercusión en tu carrera. El teatro, aunque es un error pensar así, tiene el prestigio, el halo cultural, lo que todo el mundo venera. La TV es conocer el medio, pura mecánica, pero al mismo tiempo tienes que ser buen actor y frío, porque nos iguala para abajo: a los buenos los hace regulares y a los malos los hace regulares. Me gusta hacer cine, porque como espectadora me gusta más, aunque tuve la suerte de trabajar en excelentes productos televisivos. Sin embargo, todavía no he encontrado el personaje, mientras que en teatro sí.
-Cuando hiciste teatro aquí en la Argentina, ¿cómo fue tu contacto con el público?
-Lo sentí muy distinto del español. Notaba una cosa que en España, aunque la hay, no se demuestra de la misma forma, que es el cariño de la gente, la admiración, el respeto, como si valorasen la profesión de actor más que aquí. No sé si es así, pero aquí se exterioriza de otra forma. El respeto en la Argentina se percibe mucho. Suelen caer poco en los lugares comunes, saben discernir entre lo que es comercial o teatro de bulevar, o de culto. Hacer teatro entre ustedes es un regalo.





