Cinco películas para volver a enamorarse de Hugh Grant

Más de una vez dieron por muerta a su carrera. Pero él siempre se las arregló para volver. Aunque hace un tiempo Hugh Grant esté más dedicado a la lucha para establecer límites a los medios amarillistas de su país que al cine, lo cierto es que el actor inglés siempre tiene un as bajo la manga. Una película que nos hace recordar su encanto y talento. Por ejemplo, en Florence, película en la que interpreta al honorable St.Clair Bayfield, un actor británico con más sueños que talento que termina siendo el marido/acompañante de la millonaria con la peor voz del mundo, que encarna la genial Meryl Streep.

Cuando, al comienzo de su carrera, se la pasaba actuando en miniseries europeas de dudosa calidad, hasta él pensaba que nunca conseguiría cambiar de proyectos. Y entonces le ofrecieron protagonizar una pequeña película independiente en cinco actos llamada Cuatro bodas y un funeral.

Y en el momento que parecía que tenía la carrera asegurada como el héroe romántico ideal, justo en el fin de semana de presentación a la prensa de su primera gran película en Hollywood, Nueve meses, el tipo lo arruinó todo cuando lo arrestaron por solicitar los servicios de una prostituta en un callejón de Los Ángeles. Burlas y chistes alrededor del planeta y un pedido de disculpas público lo dejaron al borde del abismo, haciendo papeles secundarios en películas británicas o protagonizando desastres como Medidas extremas en Hollywood. De la intrascendencia al desastre, Grant era cosa del pasado hasta que aparecieron Julia Roberts y Un lugar llamado Notting Hill.

Agotado del papel de tímido y bueno caballero inglés, el actor amenazaba con dejar su profesión para dedicarse a su sueño de escribir una novela que nunca se había animado a concretar. Pero entonces a alguien se le ocurrió que tal vez algo del humor sarcástico de Grant podía servirle para interpretar a su primer villano, el vanidoso Daniel Cleaver de El diario de Bridget Jones.

Gracias al egocéntrico Daniel, Grant no sólo volvió a tener éxito sino que le surgió la oportunidad de su carrera: protagonizar Un gran chico, adaptación al cine de la novela escrita por Nick Hornby, (autor de Alta fidelidad, entre muchos otras novelas esenciales). Y nadie, pero nadie, hubiese podido interpretar al cínico, bueno para nada y superficial Will Freeman, el hombre-isla de la película.

Por Natalia Trzenko

• Hugh Grant

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