Halloween: diez películas con distintos "niveles de miedo" para ver en streaming
El cine de terror y la comedia tienen mucho en común. Una de las características que comparten es que su éxito depende en gran medida de una reacción visceral. Generar esa reacción en el público no es nada fácil. No todos se ríen de lo mismo y tampoco se asustan con lo mismo.
A la hora de recomendar una película de terror el nivel de miedo que genera en el espectador es un punto que se suele discutir. Quien recibe la recomendación quiere saber, casi siempre, cuánto se va a asustar con la película sugerida.
Teniendo eso en cuenta, acá van diez recomendaciones para festejar Halloween durante todo el día viendo películas en casa, agrupadas en categorías según cuanto miedo provocan. Claro que esto no es científico, así que puede haber quien se decepcione por no asustarse o quien quede tan aterrorizado que tenga que dormir con la luz prendida.
Nivel 1: risitas nerviosas
Shaun of the Dead, de Edgar Wright (disponible en Netflix)
El día de la bestia, de Alex de la Iglesia (Qubit.tv)
Hombre lobo americano en Londres, de John Landis (Amazon Prime Video)
La comedia de terror es un género muy difícil, pero altamente satisfactorio cuando está bien logrado, como sucede en los tres ejemplos enumerados más arriba. La invasión zombi a Gran Bretaña que se narra en la película de Edgar Wright y la misión de un sacerdote dispuesto a pecar para detener el nacimiento del diablo en Madrid en el film de De la Iglesia provocan muchas más carcajadas que sustos, pero tienen sus momentos en los que el terror se siente.
En Hombre lobo americano en Londres hay una fascinante progresión que lleva desde el aspecto más cómico de la historia de un mochilero norteamericano que se transforma en lobo hacia un territorio mucho más oscuro y dramático. Parte del éxito de estas películas tiene que ver con las magníficas actuaciones con las que cuentan y que son clave para poder manejar los distintos tonos: Simon Pegg y Nick Frost en Shaun of the Dead; Alex Angulo y Santiago Segura en El día de la bestia; y Griffin Dunne en el film de John Landis. También tienen muy buenos efectos visuales, cada una acorde a la época en la que se filmó, que logran silenciar las carcajadas por un momento y convertirlas en risas nerviosas.
Nivel 2: sobresaltos y piel de gallina
Aterrados, de Demián Rugna (disponible en Netflix)
Halloween, de John Carpenter (Flow)
El conjuro, de James Wan (Netflix)
Verónica, de Paco Plaza (Netflix)
Cada una de estas películas provoca miedo de distinta manera, pero todas comparten la capacidad de mantener una tensión constante y sobresaltando al espectador en momentos clave del relato. Halloween es la única de este grupo que no tiene un elemento sobrenatural, aunque la maldad y eficacia para matar del asesino serial Michael Myers pueda parecerlo. El film argentino Aterrados sorprende con el clima que genera al contar la historia de un trío de investigadores de lo paranormal en un barrio del conurbano y asusta en las escenas en las que esa tensión contenida explota.
El conjuro, que también tiene como protagonistas a una pareja de investigadores de los paranormal, utiliza muy bien varios recursos clásicos del cine de terror pero además potencia el miedo por estar basada en una historia real. Lo mismo sucede con Verónica, tal vez la más terrorífica de las cuatro. El film de Paco Plaza, centrado en una adolescente que en medio del duelo por la muerte de su padre se ve perseguida por un espíritu demoníaco, combina con un gran equilibrio el terror sobrenatural, el retrato de una época, el coming of age y el drama psicológico.
Nivel 3: despiertos toda la noche
La masacre de Texas, de Tobe Hopper (disponible en Qubit.tv)
El legado del diablo, de Ari Aster (HBO Go/Flow/Amazon Prime Video)
El exorcista, de William Friedkin (Amazon Prime Video/Qubit.tv)
Estas películas dejan imágenes y sonidos grabados a fuego en el cerebro del espectador, mucho después de haberlas visto por primera vez. Los recuerdos de estos films pueden provocar dificultades para dormir, no sólo por esas escenas horriblemente inolvidables que se recrean en la mente, sino también por su contenido perturbador, que en la mayoría de los casos está centrado en los miedos primarios de los seres humanos (el género ofrece una herramienta para hacer catarsis dentro del ámbito seguro de la ficción). La película de Hopper, sobre un grupo de amigos que caen en manos del asesino Leatherface y su familia de caníbales, es una de las más perturbadoras de la historia.
En La masacre de Texas, el horror es consecuencia de la violencia humana; en cambio, El legado del diablo y El exorcista construyen el terror a partir de la creencia en una fuente sobrenatural para la maldad. Tanto el film de Ari Aster como el de William Friedkin apelan a mostrar lo que sucede cuando la lucha entre el bien y el mal se libra en este mundo. Tal vez haya menos momentos de sobresaltos en El legado del diablo, aunque hay uno que vale por varios de otras películas; mientras que los efectos visuales de El exorcista pueden no ser suficientes para el público acostumbrado a la alta definición del CGI. Sin embargo, el terror existencial que ambas plantean es más difícil de olvidar que cualquier susto pasajero. Y mucho más interesante para descubrir.