El film entretiene sin caer en las viejas fórmulas de este tipo de relato
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Thunderbolts (Estados Unidos/2025). Dirección: Jake Schreier. Guion: Eric Pearson, Joanna Calo. Fotografía: Andrew Droz Palermo. Edición: Angela M. Catanzaro, Harry Yoon. Elenco: Florence Pugh, Sebastian Stan, Wyatt Russell, Olga Kurylenko, Lewis Pullman, David Harbour, Hannah John-Kamen, Julia Louis-Dreyfus. Calificación: Solo apta para mayores de 13 años. Distribuidora: Disney. Duración: 126 minutos. Nuestra opinión: buena.
Superhéroes de saldo, “perdedores antisociales“ y soldados caídos en desgracia. En principio, los personajes centrales de Thunderbolts no parecerían los mejor preparados para salvar al alicaído universo cinematográfico de Marvel. De hecho, esa misión de rescate puede que le quede grande a cualquiera de las criaturas nacidas en los cómics y trasladadas al cine que durante más de una década dominaron la taquilla global. Tal vez la llamada fatiga de superhéroes que aparenta sufrir el público solo pueda resolverse en los guiones de sus films que, pandemia mediante, cayeron en una evidente mediocridad y autoindulgencia que resultó en una seguidilla de fracasos de crítica y taquilla.
En ese sentido, aunque Thunderbolts pueda no ser la solución a todos los problemas de Marvel, sí resulta un paso en la dirección correcta. Para empezar, se trata de un relato de acción y fantasía que le da tanto lugar al desarrollo de sus personajes principales como a las escenas de batalla que son la marca registrada de este tipo de película, pero se distingue de la media con una ajustada dosis de humor y emoción que por momentos recae en excesivas explicaciones psicologistas cargadas de sentimentalismo.
La trama comienza con Yelena (Florence Pugh), la asesina a sueldo y hermana de Natasha Romanoff, más conocida como la Viuda negra, que no está pasando por su mejor momento. Entre el duelo por la muerte de su hermana y el desasosiego que le genera su sangriento pasado, Yelena está al borde del precipicio, literal y figurativamente, cuando la directora de la CIA, Valentina Allegra de Fontaine (Julia Louis-Dreyfuss), la envía a una misión secreta en un pasaje remoto. Allí, la mercenaria se encuentra con otros agentes que operan en las sombras ya conocidos por los seguidores de Marvel: Fantasma (Hannah John-Kamen), una de las antagonistas de Ant-Man and The Wasp (2018), Taskmaster (Olga Kurylenko) que apareció en Viuda negra, y John Walker (Wyatt Russell), el proyecto fallido de Capitán América de la serie Falcon y el Soldado del invierno.
Post Avengers
La reunión comienza como un enfrentamiento y deriva en una obligada tregua en busca de sobrevivir. Con ese mismo objetivo se les sumarán luego Bucky Barnes (Sebastian Stan), conocido como el Soldado del invierno y Alexei (David Harbour), el padre adoptivo de Yelena y el encargado de algunos de los más efectivos pasajes de comedia del film. Junto a ellos está también el misterioso Bob (Lewis Pullman), cuya historia le resultará conocida a los fans de los cómics mientras que al resto de los espectadores les sorprenderá su desarrollo.
Sin revelar demasiado de la narración que transcurre en un mundo post Avengers y bastante necesitado de una nueva generación de superhéroes, lo cierto es que Thunderbolts funciona como la introducción de la nueva fase de Marvel pero va mucho más allá de eso. El director Jake Schreier (Bronca) y los guionistas, Eric Pearson y Joanna Calo (Thor Ragnarok, Viuda negra), lograron lo que muchos de sus predecesores recientes de la usina de superhéroes no consiguieron: una historia que remita a los acontecimientos pasados del universo narrativo y aluda al futuro, pero que también es entretenida por sí misma, con personajes que rebosan de humanidad, una rareza en este tipo de películas.

La que marca el tono es la fantástica Yelena creada por Pugh, una actriz que suele reclamar la atención del espectador cada vez que aparece en pantalla, no importa de qué proyecto se trate y que aquí se pone al hombro el liderazgo de la historia con la justa combinación de emoción y dinamismo. Además, la presencia de Dreyfuss asegura que los aspectos cómicos de la trama se mantengan a un ritmo vertiginoso y recuerden a Selina Meyer, su egomaníaco personaje de Veep, aunque sin los insultos y obscenidades que disparaba a repetición. El aporte de Harbour como el absurdo Alexei es igual de valioso y más allá del humor, el actor de Stranger Things también transmite la profundidad de su vínculo con Yelena y la añoranza del complicado pasado compartido. Claro que la mayor sorpresa de Thunderbolts resulta Pullman (Top Gun: Maverick), un actor en ascenso que no solo logra sostener la atención de los espectadores aun cuando comparte la mayoría de sus escenas con la formidable Pugh, sino que también hace de Bob un personaje lleno de matices que consigue renovar a los anquilosados héroes de Marvel.
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